CAPÍTULO UNO

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Mi vida era un completo caos, muchas de las cosas que hacía salían mal, el trabajo y la preparatoria eran desgastantes en cierto punto y mi familia lo era aún más. Todo el tiempo mí hogar estaba lleno de gritos e insultos, sin embargo no tenía otro lugar a dónde ir.
Mi alarma de las cinco de la mañana sonó por toda la habitación, abrí los ojos y busqué mi teléfono para descartar el despertador,  me levanté con algo de flojera y caminé rumbo al baño; odiaba los lunes y también prácticamente toda la semana. Abrí el grifo de la regadera y el sonido de la lluvia artificial se hizo presente en la silenciosa casa, podría decir que me gustaba el silencio, ya que a partir de cierta hora los gritos comenzaban. Entre a la regadera y la tibia agua se estampó agresivamente contra mi.
Muchas veces pensé en el porqué la gente sufre o porqué no me moría de una buena vez. Siempre crecí con esa idea y mi niñez no fue una de las mejores. También estuvo llena de maltratos como hoy en día y eso me provocó un pequeño trauma.
Pasados unos minutos salí, era invierno, por lo cual el cuarto de baño estaba frío, mi piel se erizó por el cambio de temperatura, sequé mi cuerpo bien para poder cambiarme, hecho eso, fui a mi recámara para secar mi cabello, odiaba salir con el cabello húmedo y menos en temporada invernal. Mientras hacia mi labor, coloqué algo de música, aunque no se lograba escuchar bien por el fuerte sonido de la secadora. Cuando mi cabello secó completamente, me puse mis calcetas y mis zapatos, era turno de buscar un abrigo y una bufanda. Uno cálido para estos días helados, mi pequeño armario tenía varios abrigos  pero me decidí por uno celeste y una bufanda blanca.
Unos gritos se escucharon en la planta baja, bufé algo estresada ¿acaso no puede haber un día de paz en este lugar? Bajé para ir a la cocina por algo de tomar, aún era temprano por lo que tenía suficiente tiempo para preparar una bebida caliente para beber en el camino.
—¡Ya no te soporto más, Daniel!—Mi madre le soltó una cachetada a mi padre—¡Solo arruinaste mi vida!

—¡¿Y tu crees que a mi no?! Si no fuera por que nos obligaron a casarnos, yo estuviera en otro lugar feliz, lejos de ti y de tu hija.

Era normal escuchar ese tipo de cosas en casa, sabía que mis padres no me querían por que fui un "error". Yo solo pasaba normal entre ellos y preparaba mi café en silencio.

—¿Por qué simplemente no se separan y ya?— Solté de repente. Ambos voltearon a verme con una cara de irritación, mi padre se acercó a mi.

—¿Crees que es muy fácil, niñita?

— Supongo, si no son felices, pues divorciense y ya.—Le sonreí cínicamente para después encogerme de hombros.
Sentí una mano estamparse contra mi cara, específicamente en mi mejilla.

— Todo esto es tu culpa, maldito estorbo.—Él salió de la cocina echando humos y mi madre sólo estaba ahí parada.

—Nunca sabes cuando callarte, estúpida.—Sentí otro golpe en la cara, como en los viejos tiempos. Mientras tanto, la sangre me hervía de coraje, tenía que salir de la cocina por que sino  llegaría tarde y no quería eso, ya tenía suficientes retrasos en mi historial y yo planeaba tener uno más en la lista.

🍂🍂

Me senté en mi banca, estaba esperando a que mi compañero también lo haga, hoy tocaba clase de física, el último año de preparatoria se ponía demasiado pesado, mis días estaban llenos de estrés y de tareas. Un ruido me sacó de mis pensamientos, era una silla que movieron, era JeongIn, mi mejor amigo, al parecer era el único amigo que tenía dentro de la escuela ya que yo no era de hablar mucho.

—Buenos día...s, ¡Alice!— rápidamente puso una mano en mi mejilla, estaba algo colorada por el frío y por los golpes de hace un momento.—¿Otra vez lo hizo?—En su rostro se podía observar la furia y tristeza mezcladas. Su voz también era algo apagada y con cierta rabia.

I am YOU. [Kim Seungmin] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora