Capítulo 2

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A penas había pasado un día desde que leí la carta. Lilya, la trabajadora social, ha seguido con el arreglo de algunos papeles, así que mientras tanto he seguido con Vanessa. Pensaba en contarle lo de la carta, pero algo me lo impedía y no solo el hecho de que mi padre me dijera que no podía contárselo a nadie, sino por el comportamiento que últimamente ha tenido conmigo aunque creo que es por lo del divorcio de sus padres. Pero es mi mejor amiga y no quiero ocultarle nada.

-Oye Vane, tengo algo que contarte. Ayer... -me detuve al oírla quejarse.

-No me interesa. -sé que ella tiene un carácter algo fuerte pero nunca me había hablado así.

-¿Sucede algo? -le dije sentándome más cerca de ella.

-¿Y cómo no va a suceder algo? Si a parte de lo de mis padres tengo que estarte aguantando. Estoy cansada de todo esto, de ti. Solo comencé a ser tu amiga porque tú tienes una vida perfecta y pensé que al estar contigo yo también la tendría, pero es obvio que me equivoque.

-¡¿Perfecta?! Mi padre está muerto y ahora me iré de aquí ¿Qué tiene eso de bueno? Mejor defíneme tu concepto de "perfecto" por que no es el mismo que el mío. -Estaba cansada de llorar así que aguanté las ganas.

Guardó silencio y vi que sus ojos se humedecían.

-Lo siento pero creo que deberías irte, no quiero discutir más contigo. -No me miraba, solo se giró dándome la espalda.

-Bien, si eso es lo que quieres, adiós. -tomé mi maleta y me dirijí hacia las escaleras. Al pie de esta me encontré con la mamá de Vanessa.

-Oh, hola linda, justo iba a decirte que dejaste una caja en la entra... -paró de hablar al ver la maleta -¿A dónde vas con eso?

-Tengo que irme, Lilya está por recogerme. Le quería agradecer todo, y lamento irme tan inesperadamente. Ya me despedí de Vanessa, así que ya me voy.

-Gracias a ti, que tengas buen viaje. -me dirijí a la entrada antes de que me dijera algo más y yo rompiera a llorar. Recogí mi caja y salí a la calle. Esperé a estar una cuadra lejos para llamar a Lilya.

. . .

Nos dirigíamos al aeropuerto en un taxi. Le mentí a Lilya sobre lo que paso con Vanessa, le dije que ellos tenían que ir de viaje y no podría ir con ellos. No sé si me creería o no pero aún así me dejó quedarme con ella el fin de semana. No quería estar sola en mi casa. Lilya es una gran persona y me agrada pero ahora soy más desconfiada, no quiero seguirme equivocando con las personas.

Bajamos las maletas del taxi y un hombre se nos acercó.

-Buenos días señoritas -el hombre siguió hablando con Lilya, pero no escuche su conversación porque comencé a entrar al aeropuerto.

Aun no creo que mi vida vaya a cambiar tan drásticamente. No sé si estoy lista, pero no tengo opción.

Fui a sentarme a una de las bancas más vacías donde solo había un chico sentado. Puse mis maletas a un lado y me senté. Revisé mi celular y vi que tenía varios mensajes de un grupo con mis compañeros de la escuela a la que asistía. Al parecer Vanessa les había contado a todos sobre nuestra pelea, solo que cambió las cosas a favor de ella. Todos los mensajes eran quejas y ofensas hacia mí.

-"No puedo creer que le dijeras eso a Vanessa".

-"¿Quién te crees?"

-"Ella tanto que te quería".

-"Que tu padre haya muerto no significa que te desquites con ella".

No podía seguir leyéndolos. Apagué mi celular y lo aventé dentro de mi mochila. Comencé a sentir la piel helada, como chispas que recorrían todo mi interior. No sabía que era lo que pasaba. Me sentía algo mareada, así que me sujete a la banca por si me caía. Mi respiración estaba algo acelerada, no podía controlarme.

No soy como los demásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora