Callaíto || Yoonmin Chilensis

014: No quiero que pares

Eran las 02:30 de mañana y Yoongi estaba sentao en un parque que había cerca de la casa del Jin. Estaba feliz por haberle sacao la chucha al Changbin, pero que ese weón le haya recordado lo de su papá y la cara que tenía Jimin antes de irse del carrete, lo dejó pa la cagá. Mientras estaba mirando a las estrellas pa calmarse, se dijo a sí mismo: "Puta que eri weón, Min Yoongi". Se sentía tonto, solo y triste, pero como acción del tatita dios, apareció esa personita que le alegra los días:

- Yoonie. - Lo llamó el pelinaranja, mirándolo con penita y acercándose pa sentarse con él.

- Jiminie, ¿qué estai haciendo acá?

- Tenía que saber si estabai bien po.

- Estoy bien, meloncito. No te preocupi.

- Obvio que me preocupo po. Tú me importai, Yoonie.

- Bebé... - Le dijo mirándolo a los ojos y acariciándole la manito con cariño. - Tan lindo que teniai que ser.

- No digai eso, que me pongo nervioso. - Contestó Jimin sonriendo y tapándose la cara con su otra manito.

- Pero si es verdad po. - Le agarró su mano pa darle un suave besito. - ¿Y te gustó la venganza?

- S-si, osea no. No, no me gustó. Si quería que le pegues, pero igual fue mucho. Además, él igual te pegó po. - Habló el menor en puchero, tocando las heridas que Yoongi tenía en la cara. - No me gusta verte así, Yoonie.

- A ver, si me pasé fue por culpa de él, porque no tenía pa qué nombrar weas  que ya pasaron.

- Yoongi, ¿me podi contar que pasó ahí? ¿Eso del tema de tu papá?

Apenas el Jimin preguntó eso, el pelimenta bajó su mirada al suelo y se puso tenso. No encontraba las palabras pa responder esa pregunta y tampoco quería recordar todo eso.

- P-perdón. No me respondas, no te quería poner incómodo. Hablemos de otra co-...

- Si te cuento, ¿me prometi que no se lo vai a decir a nadie? - Le pidió Yoongi, con un tono serio.

- No, obvio que no. Te lo prometo. - Respondió el Jimin, estirando su meñique para unirlo con el suyo en señal de promesa.

- Ya. Ay, que me cuesta esta wea. Ya mira, yo antes vivía con mi papá, pero la pasaba más mal que la chucha. El viejo culiao me pegaba todos los días, a cada rato y me trataba como las weas, porque mi mamá murió justo cuando yo nací, entonces el weón decía que era mi culpa. Eso fue hasta los 17, porque después junté plata pa irme de mi casa y ahora vivo con el Nam.

- Yoonie... perdón. No puedo creer que hayai tenido que pasar por todo eso, perdón. No debí preguntar. - Se disculpó el menor, con lágrimas cayendo de sus ojitos y sus manos unidas a las del otro.

- Está bien, ya estoy mejor y si te conté es porque confío en ti, Jiminie.

Era obvio como el Yoongi quedó medio tristón después de contar lo que pasó con su papá, así que el pelinaranja lo abrazó fuertemente. Al principio Yoongi no supo bien como reaccionar, ya que pa él es poco común que le den abrazos, pero el Jimin se sentía tan suavecito y calentito, que lo abrazó devuelta. Ambos se quedaron así un rato, sin decir nada porque no era necesario y cagaos de frío, pero juntitos sacaban calor. Minutos después se separaron y volvieron a sentarse pa mirar el suelo, creando una atmósfera media incómoda.

- Meloncito, ¿te molesta si me fumo un porrito? Por el olor, digo. - Le preguntó el mayor, sacando un pito del bolsillo de su chaqueta.

- Nono, dale nomás.