𝐺𝑜𝑜𝑑 𝐿𝑖𝑓𝑒 •[𝙉𝙖𝙮𝙠𝙤𝙤𝙠]•

Capítulo 4: ¿Y Quién Es?

«10 minutos más por favor...»

—¡Señorita Nayeon! —levanté mi rostro de mi escritorio para mirar al profesor quien me miraba con los ojos bien abiertos, a simple vista parecía un psicópata

—¿Qué? —peiné mi cabello y traté de no bostezar pero me fue imposible, ayer sin dudas fue una muy mala noche

—¿Cómo que 'qué' señorita Nayeon? Primero que nada se dice diga y segundo usted está en mi clase para aprender y prestar atención no para dormirse y roncar a todo volumen —algunos de mis compañeros empezaron a reír en voz baja, pero está bien, cuando les digan algo me reiré peor —. Si quiere dormir salga y hágalo afuera, pero dentro de mi aula no

—Técnicamente es mí aula porque ustedes solo se rotan para dar clases pero bueno... —balbucee mas para mi que para el profesor

—¿disculpe?

Suspiré y traté de sonreír lo mejor que pude —Profesor, mis disculpas, anoche no fue posible que durmiera como se debía pero le prometo que no habrá una próxima en donde suceda lo mismo

—Está bien, de cualquier manera —el timbre sonó por toda la facultad relajando a todos —, bueno, copie lo que está en el tablero y por favor, duerma bien que no le cuesta nada —y sin mas salió por la puerta del salón

Iba a intentar dormir pero sentía la mirada de alguien sobre mí, mi sexto sentido no se equivoca así que miré “disimuladamente” en todas las direcciones para ver quién osava acosarme en mi propio salón.

Fue cuando miré un poco a Mía, lo cual era raro y cuando estaba por preguntarle algo Hobi se puso frente a mi tapándola.

—Hola

—¿Qué hay? —saqué mi termo y bebí un poco de agua, después mojé mi mano para esparcirla por mi cara

—¿Cómo te fue anoche?

—Súper... Dormí como si todavía siguiera viviendo sola...

—Tu cara no me dice lo mismo... Tus ojeras menos

—¿Y tú qué crees? Lloró cuatro veces cada veinte minutos y sólo dormía cuando la acostaba sobre mí, Sushi quiere mandarme bien lejos y los vecinos no me dejaron en paz, ah y la alarma me levantó como siempre omitiendo el hecho de que finalmente había logrado dormir quince minutos

—Vaya... Que raro, con nosotros durmió toda la tarde y solo se levantó a las siete para pedir comida —se quedó pensativo y me extendió la mano —¿y si vamos a comer? Creo que lo mereces

—Está bien. No veo la hora en que sus padres aparezcan y se la lleven —miraba a casi todos en los pasillos hablar y susurrar cosas porque hoy no estaba en modo “happy” sino en modo “zombie demacrado”

—Eso sonó cruel

—Cruel o no, es lo que tiene que pasar

—Pues sí ¿no? Pero... Hablando de ella... ¿Dónde está? ¿La dejaste sola? —preguntó exaltándose un poco