Capítulo 8: Verdades Ocultas

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—Bien, parece que te vas a resfriar, te mandaré analgésicos para la gripe y que descanses un poco, nunca es bueno mojarse y menos en una situación como esta pero te salva el hecho de que lo hiciste para traer a tu bebé hasta acá —mis ojos viajaron por toda la habitación en donde estábamos; el olor a medicamentos era incómodo pero ¿a qué más podía oler?

—¿Me contarás mejor como fue que la encontraste?

—Ya le dije, apareció de la nada

—Bueno —suspiró y enderezó su cuerpo en la silla giratoria donde estaba sentado —. Y... ¿Cuál es el nombre de ella? No recuerdo que lo dijeras y si lo dijiste entonces tengo muy mala memoria

—Bueno yo le puse Akemi, ahora, no sé si allá afuera tenga otro nombre pero, no pensé en muchos nombres, en realidad soy mala bautizando a la gente, a mi gato le puse Sushi, al pájaro que hizo popo en mi mano le puse Figaro Letunia y a un perro callejero le puse Bizcocho porque su color me recordaba un pastel que tenía que comprar... Y no sé por qué te cuento todo esto, pero la cosa es que su nombre es Akemi

—Mmm Akemi, lindo nombre... ¿Akemi qué?

—Eh, Im Akemi... Sip, ese es su nombre

—De acuerdo, ya llené una hoja con lo que me haz dicho sobre ella y tu, por otro lado, Akemi tendrá que quedarse aquí hasta dentro de una semana pues su fiebre y la respiración agitada me dio a entender que tenía una infección, pero no la provocate tu —mi rostro se relajó y le hice una seña para que siguiera —, posiblemente pudo haberla contraído por algo que comió o simplemente por el ambiente, así que es por eso que la estamos medicando para que la infección disminuya, sin embargo yo la veo muy pequeña así que aparte de eso se quedará aquí para que suba más de peso... Una vez lista le daré el salvo conducto para que pueda regresar a casa, ahora contigo, necesito que te tomes estas tres pastillas que puedes pasar a retirar en la farmacia, son para la migraña, la gripe y para el estrés aunque te vendría bien solo descansar, puedes hacerlo, Akemi no se va a mover de ahí

—No, no puedo, tengo que quedarme con ella

—Eso lo entiendo, pero si sigues así posiblemente te pondrás peor que ella, estoy seguro que en las dos horas que llevas aquí no haz comido nada. Momo, la chica que vino contigo se ofreció voluntariamente a quedarse con ella, mientras puedes descansar y regresas

—No, ella es mi bebé, no puedo... Algo no me deja irme

—Nayeon tu ropa está mojada, estás muy pálida, tu presión estaba baja, no has comido nada desde que llegaron, te niegas a que te atienda mejor y aún así ¿Quieres quedarte cuando ya te dije que Momo puede quedarse a cuidarla?

—¿Y qué? No me iré, mire... Prometo bajar a la cafetería y tomar algo o qué sé yo, pero de aquí no me mueve nadie

Él suspiró dándose por vencido y asintió no muy feliz —Está bien, pero tendré los ojos sobre ti, puedes irte

Tomé la receta junto al abrigo amarillo y salí de allí hasta caminar al pasillo frente a mi bebé.

Una enfermera estaba escribiendo unas cosas en su tablero de inventario mientras veía los monitores y observaba a Akemi.

Por momentos mi vista se nublaba y sentía que el piso se movía cuando no era así.

—Nayeon —miré sobre mi hombro izquierdo para mirar a Momo quien me veía con el ceño fruncido —, oye ¿Estás bien?

—Sí lo estoy ¿por qué tu pregunta?

—Porque te ves como un maldito zombie demacrado, ¿ya comiste algo?

𝐺𝑜𝑜𝑑 𝐿𝑖𝑓𝑒 •[𝙉𝙖𝙮𝙠𝙤𝙤𝙠]•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora