-Te voy a decir algo que te quiero decir desde la primera vez que te vi llorar y me decís "nada"- cerré la puerta del baño - Yo no te hablo para hacerme el lindo o el facha, cuando te pregunto que te pasa es porque quiero ayudarte.
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Leonardo
Entre a casa y se sentía un alivio al estar devuelta después de un largo día.
–Justito llegaste– dijo Valen – Tengo algo tuyo–
–Si, yo estoy muy bien– dije irónico –¿Qué pasó?–
–No sé porque, pero esto estaba en mi escritorio– me dio un libro
Parecía ser un libro mío de primer año de la facultad, no tenía idea como fue a parar a la habitación de Valentina. Me di cuenta que no era mío cuando ví un separador algo infantil, Victoria fue la primera persona que se me vino a la cabeza.
–No se como término ahí, pero gracias–
Estaba por salir de la cocina cuando la voz de Valen me detuvo de nuevo.
–Juana esta en tu habitacion–
La mire con el ceño fruncido.
–¿En serio?–
–Si–
La verdad que no me había dicho nada que de iba a venir a casa. Subí las escaleras haci mi habitación y al entrar vi a Juana sentada en mi cama con su teléfono.
–Ah, hola amor– me miro
–Hola– me acerqué –No me dijiste que venias–
–Era una sorpresa– me dio un beso
–Estoy muy cansado– me acosté a su lado
Ella se levantó de la cama, se acercó a la puerto y se seguro de cerrarla bien. Al volver se sacó la campera, los zapatos y se acostó sobre mi sonriendo.
–A ver si así te relajas– comenzó a dejarme besos en el cuello.
Empecé a buscar el borde de su remera para poder sacarselo. Ahora de perfectamente porque esta acá, por cuestiones de tiempo hace rato que no estábamos juntos.
–Cuanto me hacías falta–
Le di otro beso, me sonrió y procedí a desabrocarle el pantalón que tira puesto. Y cuando estaba empezando a olvidarme de todo, sonó mi teléfono.
–No vayas a atender–
–Si, es Lola– revise la pantalla –Tengo que atender–
–¿Me estás cargando?– se enojó –Leo, estamos...–
–La pongo en alta voz si querés– atendí –Hola, Lola, perdón por tardar–
–Te llamaba para decirte que Juana tejen que venír mañana temprano con su dni, cv y todo eso–
–¿Osea que la van a aceptar?–
–Lamentablemente, si, y me parece de cuarta lo que hiciste–
–¿De qué hablas?–
–La prepotencia con la que te manejas, está bien que te di la idea, pero venir a impartir órdenes de esta manera y poner a tu insufrible novia conmigo, sos un...no tengo más palabras–
–Lola, estoy con Juana y estás en alta voz–
–Perfecto, Juana vení con tus cosas mañana, de entrada sabes que me caes mal así que vení con buena onda por favor–
–¿Te parece si hablábamos mañana?–
–No, con vos no quiero ni compartir un mate, chau–
No me dejó ni contestarle porque me cortó el teléfono. Creo que tiene razón, pero fue la única solución que encontré para la situación en la que Juana se encuentra.
–¿Qué le pasa a la ridícula esa?–
–No importa– le resté importancia –Lo que interesa es que tenés el lugar–
