SooYoung y JiWoo son novias desde muy pequeñas, están a punto de casarse y esperan la llegada de su primer hijo. Pero una fatal noche SooYoung encuentra a JiWoo en el piso de la cocina, muerta.
Los forenses dicen que fue un accidente doméstico.
Me...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
3:00 p.m
Nubes grises, el viento soplaba un poco fuerte, el sol oculto entre las nubes y muchas lágrimas derramadas eran el triste panorama en aquel cementerio. El padre daba sus ultimas palabras y bendecía el ataúd con un poco de agua bendita. La gente vestía de negro, algunos abrazados sin poder aguantar la perdida de un ser querido. Variedad de flores rodeaban la escena y sobre todo la foto del ser que perdieron, Kim Jiwoo.
—Bajen el ataúd— ordenó el padre, que tampoco pudo reprimir las lágrimas. La conocía desde que era una niña. Como olvidar cuando en vez de donar dinero para la iglesia, la pequeña donó un caramelo y luego llego con un pequeño canasto de frutas y estirando su cuerpesito, deposito todo en el recipiente que se encontraba en la gran puerta. Era una gran mujer, no se explica como pudo haber pasado esto y que en este momento esté dirigiendo su funeral.
Simplemente no lo entendía.
Uno de los hombres que se encontraba ayudando procedía a bajar el ataúd, pero se detuvo al escuchar los gritos de alguien.
—¡No! ¡No! ¡esperen! ¡Por favor!— era Sooyoung, quien hasta hace unos momentos se encontraba de cuclillas y con la mirada fija en el suelo, como si no estuviera presente. Pero reacciono al escuchar lo que dictó el padre. No quería despedirse, no aún— ¡Jiwoo! ¡No! ¡Esperen por favor!— suplicaba.
—Yves, debemos dejarla ir— era Wooyoung quien la había tomado del brazo y también tenia lágrimas en los ojos— se que duele ¿ok? Pero tenemos que dejar que descanse en paz.
—Wooyoung...— los labios de Sooyoung temblaron y se abrazo a él comenzando a llorar— No puedo dejarla, no quiero que se vaya...— sollozaba.
—Yves... no hay nada que podríamos hacer, entiendelo.
El padre volvió a dar la orden y la pelicorto nuevamente quiso impedirlo, soltándose del abrazo de Wooyoung, pero este lo impidió sujetándola por la cintura, Sooyoung forcejeaba pero aun así no la soltaba.
—¡Sueltame!
—¡Yves basta! ¡Debes entender! ¡Ella no volverá!
—¡Que me sueltes!— Sooyoung no dudo en girarse y estrellarle su puño en el rostro haciendo que la soltara. No perdió tiempo en ir sobre el ataúd rogando por más tiempo, que aún no era el momento, pero ninguno de los que estaban allí hizo nada. Estaban de acuerdo con Wooyoung, tenían que dejarla ir, pero Sooyoung se negaba ¿Cómo dejar ir a alguien que has amado prácticamente toda tu vida? Con quien pasaste miles de momentos únicos, quien fue dueña de todas tus sonrisas, que con tan solo verla, sabías que eras afortunada en encontrar a alguien que te amara con la misma fuerza con la que tú la amas. Que planearon su vida juntas, crecieron juntas, eran la una para la otra, iban a casarse y formar su hogar ¡iban a tener un hijo! ¡Y todos esos sueños ahora se van desvaneciendo por un accidente! Ese accidente que le quito todo a Sooyoung, se llevo su felicidad completa.
