SooYoung y JiWoo son novias desde muy pequeñas, están a punto de casarse y esperan la llegada de su primer hijo. Pero una fatal noche SooYoung encuentra a JiWoo en el piso de la cocina, muerta.
Los forenses dicen que fue un accidente doméstico.
Me...
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Jiwoo podaba el césped mientras Sooyoung quitaba la mala hierba que rodeaba a sus flores, ambas tenían un pañuelo en la cabeza y tomaban limonada por el tremendo calor que había.
—Jiwoo, ven aquí— llamó Sooyoung tomando una botella de bloqueador, la pelinegra se acercó a ella quitándose los guantes— no quiero que te quemes— vertió un poco de la crema en sus dedos y la esparció en las mejillas y la punta de la nariz de Jiwoo.
—Ahora tú— Jiwoo tomó la botella e hizo lo mismo, la castaña cerró los ojos al ver tal cantidad de crema que la pelinegra vertió en sus manos— es para más seguridad— se rió.
—No habrá seguridad si entra en mis ojos— Jiwoo comenzó a esparcirlo.
—Ya está.
—Aver— Sooyoung se acercó a un espejo que tenía al alcance— ¡Jiwooooo! — la nombrada no dejaba de reírse— parece que estoy usando la mascarilla de mi madre.
—Te ves hermosa.
—Si claro, mejor terminemos con esto. — Ambas volvieron a sus labores tal y como estaban, pusieron música para mejorar el ambiente y disfrutaron de la tarde juntas.
—¡Amor, iré a tomar una ducha! — avisó Sooyoung mientras subía las escaleras.
—¡Yo prepararé palomitas! — la castaña no podía hacer nada, Jiwoo quería volver a ver la película que no pudo terminar de ver por haberse quedado dormida y estaba en todo su derecho.
Estaba a punto de quitarse su polera cuando escucho un grito en la planta baja.
Su corazón casi se detiene al suponer lo que habría pasado, eso no impidió que bajara las escaleras velozmente, provocando que casi cayera.
Frenó en la entrada de la cocina.
—¡Una cucaracha! — Jiwoo estaba sobre de la cocina, completamente aterrada, había llegado allí de un salto.
Sooyoung soltó todo el aire del alivio, casi se le sale el alma del susto.
—Es sólo una cucara... ¡Ahhh vuela! — se fue corriendo a la sala.
—¡Sooyoung no me dejes! — regañó.
—¡Salvate tu sola! — gritó desde la sala.
—¡Ha Sooyoung De Kim! ¡Ven a ayudarme!
—¡Todavia no soy Kim!
—¡Pero lo serás, así que trae aquí el culo que no tienes y mata a ese insecto!
Una escoba se asomó en la entraba, seguida por la cabeza de Ha quien veía por todos lados.
—¿Dónde esta?
—No lo sé— ambas buscaban con la mirada.
—Dame la mano— pidió Sooyoung con cautela ante cualquier inconveniente, sus ojos no dejaban de recorrer el lugar, buscando al invasor.