Los primeros rayos de sol empezaban a colarse en el dormitorio después de una cálida noche de verano. El despertador marcaba las 8 de la mañana cuando la alarma comenzó a sonar.
BEEEP BEEEP BEEEEP BEEEEP
Mikasa, sin abrir los ojos, movió el brazo como un zombie para acabar con aquél ruido infernal. Tiró el despertador al suelo pero el muy cabron siguió sonando.
“Mierda….es demasiado temprano para un sábado….” Pensó mientras se tapaba con la sábana hasta la cabeza. Pero cuando su mente se despejó un poco, recordó el motivo de que hubiera puesto la alarma tan pronto. Se incorporó como si tuviese en la espalda un resorte. “Hoy es el cumpleaños de eren!” “Tengo que encargarme de que todo salga bien”.Llevaba varios días dándole vueltas a la triste idea de que a eren nunca le gustó celebrar su cumpleaños después de la muerte de sus padres,aunque nunca pareció importale. No estaba bien que uno de sus mejores amigos pasara solo el día en que cumplía los 18, así que habló con la pandilla para organizarle una fiesta sorpresa. Todo el mundo estuvo dispuesto a ayudar, pero fue ella quien al final se encargó de casi todo. Era su plan.
Así que se levantó, desayunó, se dio una ducha y se puso un biquini. La idea era ir a la playa. Encima del biquini negro se puso una falda y una camiseta blanca de tirantes que llevaba dibujados pequeños puntos negros. Se cepillo su pelo corto y se miró al espejo. Se veía linda. El escote no era demasiado grande y la falda no demasiado corta… a eren seguro que le gustaría. No pudo evitar imaginar a su amigo de pie frente a ella mirándole el escote embobado. Woo. Se sonrojó un poco y se sintió tensa de repente. “Qué idiota soy” pensó, “qué me importa lo que opine eren ….”. Alejó esa imagen de su cabeza rápidamente, llenó la mochila con todo lo que hacía falta para el gran día y salió a la calle.
Mientras caminaba pensativa el sol de la mañana le acariciaba la espalda. Hacía un día muy bonito, pero pronto empezaría el calor. Repasó mentalmente los pasos de su plan: primero había que ir a despertar a eren para reunirse con los demás en la playa. Habían preparado un picnic para que él pensara que aquello era la celebración. Luego, mientras estaba distraído, alguien tendría que quitarle las llaves de su departamento y marcharse con alguna excusa a preparar la verdadera fiesta nocturna. Mikasa sonrió al pensar en la cara de sorpresa que pondría Eren . Luego echó la vista al frente y se puso un poco nerviosa. Ya casi había llegado.
Cuando se encontró frente a la puerta del departamento pensó un poco lo que iba a decir antes de tocar el timbre.”¿Buenos días? ¿Feliz cumpleaños? ¿Vamos de picnic?” Quizás debería mostrarse más efusiva y darle un abrazo en cuanto abriese…no, aquello era demasiado…mala idea… Oh, bueno, ya surgiría algo.
DING DONG
Esperó un rato. Pero el castaño no abría.
DING DONG
Nada de nada. Estaría durmiendo. Habría que hacer más ruido.
“¡Eren!¡¡Ereeeen!!” - empezó a llamar mientras golpeaba suavemente la puerta.Mientras tanto, Eren estaba teniendo un sueño peculiar:
Eren y sus amigos eran parte de un grupo de exploración cuyo objetivo era salir a explorar fuera de unas grandes murallas donde solían estar atrapados debido a uno monstruos que llamaban titanes. En esta misión habían sido atacados por sorpresa por titanes cuando se detuvieron a descansar y verificar suministros en el bosque, cuando notó que mikasa había desaparecido en medio del caos. Eren y otros acudieron a su buscarla luego de acabar con los titanes apesar que que habían ordenado la retirada, Eren se separó de los demás importándole poco su seguridad con tal de cubrir más terreno y hallarla más rápido, no entendía como había desaparecido, estaba empezando a entrar en pánico cuando a la distancia vio,se acercó con el caballo lo más rápido que pudo sin siquiera prestar atención a su alrededor cuando al fin estuvo a una mejor distancia la pudo apreciar mejor, ahí estaba apollada en un árbol en silencio, con la ropa hecha jirones con varias heridas y su cara cubierta con sagre sin saber si era de ella o no.Mikasa al oír el ruido levantó la frente y al divisar a eren se levanto y cojiendo por el dolor fue a su encuentro, eren se bajó y la tomo antes de que cayera estaba temblando, estaba helada talvez por la pérdida de sangre. Eren la abrazó y le habló suavemente para tranquilizarla, pero ella estaba muy alterada, no le escuchaba por alguna razón parecía que estaba entrando en pánico. Él tomó su barbilla con una mano y giró su cara hacia él lentamente, obligándola a mirarle. “Ya pasó…” le dijo al oído, y con el dorso de la otra mano comenzó a limpiarle despacio unas lágrimas que empezaban a salir. “Estoy aquí y no te va a ocurrir nada malo, ¿me oyes?”… ella asintió con la cabeza y le sonrió con los ojos vidriosos. Sus caras estaban tan cerca que el castaño no pudo reprimir el deseo de besarla a pensar de no ser el momento ni escenario ideal. Sus bocas se encontraron y él abrazó su cuerpo. Los labios de ella eran dulces, y sentía que su piel comenzaba a entrar en calor conforme su boca iba correspondiendo a aquél beso,como? No lo sabía, Fue cruzando sus brazos alrededor de la nuca de él. Eren comenzó a acariciar su espalda desde arriba hacia abajo, haciendo que mikasa sintiera escalofríos. Separó su boca de la de ella y buscó su cuello para seguir besándola sin importarle la sangre…
“Eren…” susurraba ella suavemente con las mejillas enrojecidas, mientras se aceleraba su respiración. “Eren...Eren….”- ¡¡¡EREEEEEN!!! – Se escuchaba a grito desde la puerta.
POM POM POM POM!! sonaba como si fuera a echarla abajo (cosa que, conociendo a nuestra querida protagonista, era perfectamente posible…¬¬)
- ¡¡¡ EREEEEN!!!El castaño se incorporó en la cama atontado y contrariado por no poder continuar con aquél sueño tan interesante y peculiar. Escuchó con más atención. Ostras, era la voz de mikasa de verdad! Que cosa más rara… Sin terminar de despertarse ni pensar mucho lo que estaba haciendo se levantó y se dirigió la entrada.
“Eh tía, porqué tanto ruido…?” – preguntó medio bostezando mientras abría la puerta.
Mikasa, que estaba con el puño en alto para seguir golpeando, al verlo se quedó congelada en aquella posición.
“Bueno, que pasa? “ – volvió a preguntar el castaño. A Mikasa no le salían las palabras. Eren se dio cuenta de que ella no apartaba la mirada de su pantalón así que miró adonde ella miraba, y sintió como se le helaba la sangre de golpe. No llevaba pantalón. Solo los bóxer, y tenía la bandera levantada a media asta…
¡¡POOOOM !!
Esta vez el puño cayó sobre la mandíbula del castaño y el impacto arrastró al pobre desgraciado hasta el fondo del pasillo. Eren sacudió la cabeza un par de veces y se tocó para comprobar que no tenía sangre. No, no tenía. Eso sí, se le estaba hinchando la cara un montón.
- ¿¿ ¡¡Pero bueno tú estás loca!!!?? – gritó dolorido.
- ¿¿Loca yo??¿¿¡¡ A ti te parece normal salir a abrir en ropa interior y con…. Con …. CON ESO ASÍ !!?? – gritó mikasa, colorada como un tomate. No podía levantar la mirada del suelo y apretaba los puños.
- ¡¡Estaba durmiendo y estamos en agosto, joder!! ¿esperabas que llevara una pijama de cuello vuelto? ¿¿Además, porqué narices te presentas aquí tan temprano dando esos golpes ??¿Se está quemando la ciudad nos invaden los aliens o qué?? “ – le gritó fulminándola con la mirada.
La chica siguió mirando al suelo, avergonzada. Menuda forma delicada de despertarle …
- Yo… yo…- comenzó a decir con un hilillo de voz - yo he venido … a despertarte porque…los chicos nos están esperando…para celebrar tu cumpleaños todos juntos….
A eren le cambió la cara al escucharla. Ahora era él quien se sentía mal por haberle gritado.
- Ostras…que detalle …- dijo mientras se incorporaba. - No me esperaba una cosa así….etto….gracias…aunque no tenían que hacerlo lo sabes..
Mikasa le miró y sonrió tímidamente. - Bueno, pues...Feliz cumpleaños, Eren …y perdona por el golpe…
El castaño sonrió aprentando los dientes y llevándose una mano a su maltratada mandíbula.
- No te preocupes, mujer, si casi no duele….- Mentira podrida. Sentía que al hablar el hueso hacía crick-crick, pero ¿qué otra cosa podía decir?
La muchacha suspiró aliviada y entró en la casa. -En fin... aséate y ponte algo de ropa…- dijo mientras intentaba mirar hacia otro lado. - Para compensarte por el puñetazo te preparo el desayuno, vale?
- Ey, no eres mi madre no me digas que hacer...aunque lo del desayuno suena bien!- contestó el castaño sonriendo. - Me muero de hambre!