Durante el camino de regreso ambos permanecieron callados y tensos.
Mikasa se sentía fatal. Le daba muchísima vergüenza mirar a Eren a la cara siquiera. ¿Había sido un error tratar de forzar las cosas? ¿Por qué él le había dicho que no quería un masaje? ¿Acaso había sido demasiado atrevida? Quizá no le gustaban las chicas tan atrevidas.... ¿O sería que ella no sabía insinuarse y había hecho algo mal? “Lo que pasa realmente es que yo no valgo para estas cosas….” pensaba desanimada “no tengo la cara dura de annie, ni su seguridad… y ahora es posible que hasta haya estropeado nuestra amistad… seguro que a partir de ahora se sentirá incómodo conmigo…qué desastre”.
Eren mientras tanto se revolvía los sesos desesperadamente buscando algo que decir para arreglar aquella metida de pata tan brutal, pero no se le ocurría absolutamente nada. “¿Por qué siempre me pasan estas cosas? En temas delicados, cada vez que abro la boca lo echo todo a perder. ¡Si es que lo mío no es pensar!” se lamentaba para sus adentros. Estaba cabreadísimo consigo mismo. Mira que desaprovechar una ocasión así…probablemente mikasa ya nunca volvería a mostrarse tan…receptiva. Aquél día había sido la primera vez que la había visto con aquella actitud provocadora y gracias a su torpeza seguro que sería la última.
En eso llegaron al punto donde supuestamente se separaban sus caminos. Eren se dio por vencido. No sabía qué decir para hacer desaparecer la tensión con ella. “Hay que saber perder” pensó con un suspiro.
- Nos vemos, mikasa… - murmuró en un tono casi inaudible y ya girándose en dirección a su casa.
- ¡No, eren, espera…! - dijo ella precipitadamente. “¡Tenemos que llegar juntos o se echará a perder la sorpresa!” pensó agobiada. No podía dejar que se fuera solo. Pero qué podía decir sin que sonara extraño…
El chico se giró hacia ella con un interrogante en la mirada.
- Yo…eh… - titubeaba mikasa tratando de inventarse algo. Se le daba muy mal mentir - ¡Acabo de acordarme de que me olvidé una cosa en tu casa esta mañana!
- ¿Ah, sí? ¿Qué se te ha olvidado?
- Estee…. Ehmmm…. – “¡Piensa, mikasa, piensa!” – Pues… ¡Tu regalo! – dijo finalmente con una sonrisa forzada.Eren estaba gratamente sorpendido. Sonrió también.
- mikasa…no hacía falta…ya he tenido un cumpleaños fantástico gracias a todos…
- Bueno... eso está bien, pero yo quería regalarte algo personalmente. Para que fuera especial.¡Solo se cumplen dieciocho una vez!
- Jo…pues muchas gracias… - respondió de corazón rascándose la cabeza.
“Pues sí que se ha preocupado por tener un detalle conmigo…está actuando extraño…” La miró un momento. Ella continuaba con su tensa sonrisa en la cara. “Está nerviosa. Sin duda aquí hay algo extraño” pensó. “¿Por qué tomarse tantas molestias? ¿y por qué tiene esa actitud conmigo hoy…?” levantó las cejas cuando se le ocurrió un motivo de repente. “¿Y si es porque le gusto?” pensó. ”No, no, no…eso seguro que no…”. Volvió a mirarla y reflexionó un instante. “Pero eso explicaría lo de hoy en la playa”. Tragó saliva. No se lo quería creer.A Mikasa el silencio de Eren aún la estaba poniendo más nerviosa. “Creo que sospecha algo…” pensó.
- Mikasa – empezó él finalmente – Te agradezco muchísimo el regalo, sea lo que sea. Aunque no me guste, no lo despreciaré. Me hace mucha ilusión que te hayas preocupado tanto en mí. – levantó la mirada hacia ella. – De verdad. – había una expresión seria en sus ojos.
Mikasa suspiró de alivio. “Vale, la sorpresa sigue adelante” pensó.
- ¡Pues vamos! – dijo intentando parecer natural.Siguieron caminando en silencio. Eren seguía pensando que había algo que no cuadraba.
- Ahora que lo pienso… si no te apetece no hace falta que vengas conmigo, mikasa. Puedo abrir un regalo yo solo, ya soy mayorcito,jeje.
- Ah…pero es que… verás…para que el regalo funcione tengo que estar yo presente. – dijo mikasa. “Después de todo lo que me lo he currado, por nada del mundo me perdería su cara cuando abra la puerta del piso” pensó para sí.
Esa respuesta ya le pareció al chico de lo más extraña. “¿Será una excusa?” pensó. “Igual lo que quiere es venir conmigo... Nah...”. Tragó saliva al volver a la idea de que pudiera estar interesada en él. “¿Y si quiere que estemos a solas pero le da vergüenza insinuarse de nuevo?”. Se le aceleró un poco el corazón al sentir que le encontraba algo de lógica a todo aquello. Estaba empezando a ponerse realmente nervioso.Al girar la esquina de la casa de eren, mikasa de repente pegó un grito:
- ¡¡Mira eso!!
- ¿El qué?
- ¡Eso!¡Ahí! ¿¡No lo has visto!? – seguía gritando ella mientras señalaba a lo lejos.
- Yo no he visto nada…¿Qué era?
- Ah, bueno…me lo habre imaginado, jeje – dijo ella como si tal cosa.
“Está rara, pero rara de cojones” pensó el castaño. No podía saber que ella estaba avisando así a los demás de que ya llegaban. Al escuchar la señal, dentro del piso un montón de gente empezó a apagar luces y esconderse sigilosamente. Al poco tiempo, los dos se encontraban frente al apartamento. Eren giró la llave y abrió la puerta unos pocos centímetros, pero se quedó inmóvil con el ceño fruncido, como intentando decidir algo complejo.- Mikasa..…- dijo mirándola a los ojos con preocupación – sé que estás mintiéndome.
La chica se quedó con la boca abierta.
- ¿Porqué dices eso? – preguntó con sorpresa
- Es que te conozco bien – respondió él. - ¿Sabes lo que creo? Que no hay ningún regalo ahí dentro y que quieres entrar por otro motivo.
- ¿Y qué motivo podría ser? –preguntó ella con cautela y serenidad después de un instante de silencio. Todo el mundo debía estar escuchándoles. Eren se la quedó mirando largamente.
- Si de verdad quieres que lo diga en voz alta…bueno… a ver… - *tosió*. No le resultaba fácil decirlo. Respiró hondo y decidió soltarlo todo del tirón y que pasara lo que tuviera que pasar.- Sabes de sobra cuánto me gustas, mikasa. Estoy loco por ti desde que éramos críos aunque casi no lo demostrara. Lo sabes tú, y lo sabe todo el mundo. – dijo con la vista clavada en el suelo - Y después de lo que ha pasado hoy en la playa...estoy hecho un lío. No sé si solo estabas provocándome por diversión o es que realmente yo te gusto. Lo único que tengo claro es que tienes intención de pasar. Y antes de entrar quiero que lo pienses bien, porque si solo estás jugando preferiría que no lo hicieras, pero si no…- levantó la vista hacia ella - quiero que sepas que estar contigo es una de las cosas que más deseo en este mundo.
Mikasa se había quedado petrificada. No fue capaz de responder ni de moverse. Menudo momento había elegido el tío para una confesión de ese calibre. Sus manos comenzaron a temblar y Eren al ver su reacción no quiso presionarla. Quizás al hablar tan abiertamente la había hecho sentir incómoda.
- No hace falta que respondas, mikasa…simplemente voy a dejarte la puerta abierta. Piénsalo, y luego haz lo que quieras – dijo eren en tono grave empujando el pomo y pasando adentro. Sus ojos no daban crédito cuando encendió la luz y un montón de gente corrió hacia él gritando:
- ¡¡¡SORPRESAAAAAA!!!