My King [Changlix]

Especial: Lee Félix

Cuatro años atrás.

-- ¡Mamá, por favor; déjame salir! – grito el rubio omega desde el interior de su habitación.

-- ¡No iras a ningún lado! – regaño la alfa.

-- ¿¡Porque no me dejas ir a ningun evento!? – la voz del rubio se escucha entrecortada.

-- No tienes razones para ir, solo es la boda de Kim Woojin y el príncipe de Seul Christopher Seo – reclama la reina.

-- Ni siquiera me dejaste ir a la boda de los nuevos reyes de Daejeon -- sollozo.

-- Acababa de pasar una semana desde el funeral de Lisa, ni siquiera yo asistí – se excuso.

Así era la vida de Lee Félix, estar encerrado en el castillo sin poder salir. Hace apenas unas semanas su madre omega había muerto, y no sabia el porque, su madre nunca le dijo nada.

El maltrato del pueblo siempre iba hacia el; lo culpaban de todo. El rubio omega de dieciséis años sollozo, sabia que de ahora en adelante su vida iba a ser horrible. Su mamá Lisa siempre se encargaba de defenderlo de malos comentarios y de los maltratos, pero ahora ella ya no estaba.

Un años paso desde la muerte de su madre omega, ya no soportaba estar allí; quería largarse. El rubio arremangó la gabardina que traía puesta, viendo todos aquellos hematomas que tenia en su brazos y sollozo.

Aquel día su madre no estaba presente, había ido a la coronación de un tal Seo Changbin en quien sabe donde y tampoco le importaba aquello.

El rubio se acerco a una pared, donde había una pintura de su fallecida madre. Suspiro pesadamente y sus lagrimas siguieron cayendo; la extrañaba tanto. Junto a esa pintura, había una donde el tan solo tenía cinco años, era muy feliz en aquel entonces; su mamá omega lo cargaba y le sonreía mientras su mamá alfa le daba un beso en su mejilla, extrañaba esos tiempos; donde Jennie era una buen madre y lo defendía de todo a el y a Lisa.

Félix salió de su habitación, tenía hambre y la cena ya debía estar servida. Mientras caminaba por el castillo, uno que otro sirviente le daba una mirada de asco, no podían creer que el único heredero al trono fuera un omega.

Aun cuando todos lo odiaban, nadie se podía acercar; después de todo seguía siendo el príncipe y lo debían respetar, aunque había uno que otro que se pasaba de listo y lo agredía, pero su madre inmediatamente lo mandaba a la quillotina.

Una vez le paso que estaba en su habitación y decidió salir al jardín, pero camino hacia allá su celo había llegado; su aroma atrajo la atención de uno de los guardias alfa. Aquel día casi fue abusado por un alfa, hasta que su madre sintió el miedo de Félix a travez del lazo familiar y fue hasta ella, matando inmediatamente a aquel alfa.