Capitulo 2: Desacuerdo

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Luego de arreglarme me tomo un tiempo llegar a la oficina, el trafico esa mañana había estado terrible, las colas eran eternas y por haber curado mi herida, salí unos minutos mas tarde de lo previsto que obviamente me costaron un retraso.

Baje del taxi en el que iba, estaba al frente de la editorial, empuje las puertas giratorias, y el lobby era bastante grande, tenia cortinas doradas y muebles grises.

Subí al ascensor y dos de mis compañeros entraron conmigo.

- Buenos días Adila, algo retrasada ¿no? - bromeo uno de ellos, Fred si mal no recuerdo.

- Buenos días - arregle un mechón de mi cabello detrás de mi oreja.

El ascensor abrió sus puertas en el piso 3 y ambos bajaron - nos vemos en el almuerzo Adila - soltó Fred 

El ascensor iba cerrando sus puertas cuando alguien lo detuvo. 

Era un chico de mas o menos mi edad, mas alto, algo ancho, pero no de gordura, con un traje gris plomo y una corbata en un tono de gris mas platinado. Su cabello era rubio oscuro y tenia una linda sonrisa, sus ojos eran como un tono miel.

- Buenos días - soltó 

- Buenos días - mire hacia la derecha los botones iluminados y su mano tocando el numero 5, me mordí el labio inferior y las puertas del ascensor se cerraron. 

El me dio una rápida mirada y sonrió - Eres Adila ¿no?

Me sorprendió que supiera mi nombre, pero fruncí el ceño.

- Ahm si, si - sonreí un poco, que pareció más una mueca de desagrado, gire un poco mi rostro y  mordí nuevamente mi labio inferior, estaba nerviosa 

Oh - rió - que mal educado, ni siquiera debes saber quien soy - me extendió su mano - Soy Davide.

Davide. Sonreí en mi mente.

Extendí mi mano - un gusto conocerte.

Estrecho mi mano - Soy de edición de novelas góticas - sonrió y el ascensor se abrió - un gusto poder conocerte en persona Adila, me gusto mucho tu libro.

Sonreí como respuesta y él salió, al cerrarse las puertas pude volver a respirar con normalidad.

Si sabía quién era Davide, no solo lo conocía por su libro de comics publicado hace unos años, sino porque en mis pasantias antes de graduarme de la universidad, estaba en la misma facultad que yo, solo nunca llegó a verme.

Recuerdo el día que lo conocí, compartíamos grupo en el periódico de la ciudad, era un grupo de unas 40 personas, a el le toco noticias amarillistas y a mi los reportes del clima, por ello nunca nos toco trabajar en el mismo departamento y ahora, trabajamos en la misma editorial.

El ascensor por fin llego al piso 8 y salí de el. Camine hasta mi oficina, y observaba el lugar, el piso tenia una alfombra gris y mis tacones resonaban en ella, los cristales de las oficinas tenían un decorado blanco para la privacidad de cada escritor y las lamparas hacían resaltar los decorados dorados de las paredes.

Llegue a mi oficina, me senté en mi silla, guarde mis cosas y abrí mi laptop, al lado de esta tenia un cerro de historias por leer.

Yo me encargaba de novelas de hadas, se centra en el Antiguo Egipto, hace algo más de tres mil años y de otras culturas como de la India, Mesopotamia, la Antigua Persia, China, Grecia, Roma que nos llevan hasta nuestros días.

Luego de una jornada de historias que descarte y unas pocas que clasifique para darle un ojo mas luego, tocaron a mi puerta.

- Adila - llamo Sarah la secretaria de Katherina, mi superior - La señora Marino te necesita en su oficina en 10 minutos.

Tome un sorbo de mi café y fruncí el ceño - uhm bien - se dio la vuelta - ¿Sarah?

Se voltio y asintió 

- ¿Pasa algo malo? - resople algo desconcertada  

Sonrió - Adila, calma, solo es una reunión 

Asentí y ella se retiro.

Luego de un rato me dirigí a la oficina de Katherina, Sarah me indico que  podía pasar, entre a su despacho y aunque ella estaba en una llamada, me indicó que tomara asiento

Colgó la llamada - Por favor toma asiento Adila - ella se sentó

- Sarah me avisó que quería hablar conmigo - empecé a jugar con mis manos.

Katherine era una mujer alta, de contextura delgada y cabello blanco, se notaba que ya estaba llegando a los 60' pero aún así se mantenía conservada.

- Adila - se coloco sus gafas y abrio su laptop - he revisado las historias que has aprobado - me miro - tienes buen gusto, todas me han gustado - se reclino en su asiento - pero he notado que aún no me has enviado algún escrito de tu nuevo libro.

Mire nerviosa a los lados, joder, no podía seguir evitando el tema.

Prosiguió - antes que tu superior siempre te he demostrado que puedes confiar en mi, tus padres son amigos cercanos pero no es por eso que tienes el puesto en este lugar, es por tu talento Adila, publicar tu libro de Mansión Jacksonbill fue un éxito, te dio un buen puesto y que hayas aceptado trabajar para mi es admirable, pero en los 3 años de la publicación de tu libro, solo has estado acá para impulsar a otros a brillar pero ¿dónde has quedado tu? - su rostro se mostró algo más serio - por eso he decidido asignarte esta labor ti - saco de su escritorio una carpeta roja y me la entrego

Tome la carpeta y la abrí, era una biografía

- Su nombre es Nela Pedraza como puedes ver ahí, es una de las mejores jardineras de toda Italia, hace años quisimos hacerle un homenaje, pero estaba en ese entonces demasiado ocupada como para atendernos, sin embargo ya ha pasado un largo tiempo y ha aceptado la entrevista, para elaborar su biografía - exhala- tu iras a hacerla. 

Fruncí el ceño - pero si eso es trabajo de algún pasante - solté algo incomoda

- Lo sé, pero quiero que lo hagas tú, no tengo porque darte explicaciones, solo te encargaras de esto

- Pero tengo mucho trabajo aun por revisar y debo entregarlo en menos de 3 semanas para enviar a edición - dije algo alterada

- Por eso no te preocupes, le asignaré tu parte a alguien más - se levanto de su silla - en un par de semanas deberás ir hasta Bolonia, ella te estará esperando, más tarde te envío la dirección - de levanto de su silla y saco móvil - ahm y por los gastos no te preocupes, corren por la editorial.

Asenti incomoda, me levante de la silla y me retire.

La verdad estaba en rotundo desacuerdo con la decisión de Katherina, pero no podía hacer más que cumplir órdenes.

AdilaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora