Scp's are the types of boyfriends

Scp 049

«Nuestro amado scp 049 es el tipo de novio. . .

Que odia el hecho de no poder tocarte»

Él día en la fundación era bastante tranquilo, bueno, tranquilo debido a que todavía no había ningún tipo de brecha de contención.

Una joven de bata blanca recorría los pasillos, quería ver a su tan querido y poco común novio, tenía una ligera sonrisa en su rostro, ya habían pasado tres días desde que lo había visitado, la verdad es que ser una doctora en esa fundación no era un trabajo que te dejaba mucho tiempo libre que digamos y más con los de clase D siendo utilizados como conejillos de indias todos los días.

Finalmente estabas de pié frente la celda de contención del scp 049, te acercaste al vidrio de está y tocaste ligeramente, el estaba recargado en una de las paredes, pero al ver quién tocaba el vidrio vino lo más rápido posible a verte.

—Al fin llegaste— Dijo con un tono algo enojado, tres días no fue mucho, pero para él parecía que si.

—Antes de que empieces con tu sermón déjame decirte que podría pasar más tiempo contigo si dejaras de lastimar a los de clase D, ¡Me dan más trabajo!— Dijiste en tu defensa, más que cierta la verdad, si quería tiempo contigo mínimo tendría que dejar de darte más trabajo.

—Sólamente los toque— Dijo soltando un suspiro al final, tocar, se quedó pensando, a pesar de que relación había empezado hace dos años jamás había podido tocarte y casi no parecían una pareja viéndose con suerte una vez cada tres o cuatro días.

Miró a otro lado y se acomodó de espaldas al vidrio, volvió a suspirar y tú no podías aguantar las ganas de querer entrar y abrazarlo aunque eso ya sabías como terminaría. Una pequeña idea cruzó por tu mente, tocaste el vidrio llamando su atención, hiciste una pequeña seña para que volteara lo cual hizo aunque casi a regañadientes.

—Pon tú rostro tocando el vidrio— Dijiste con una pequeña sonrisa, la sonrisa que desde el primer instante le llamó la atención a él.

Sin entender mucho que querías hacer lo hizo, se acercó al vidrio y lo tocó con su mejilla lo mejor que pudo, obviamente no podría de frente, no con su rostro con apariencia de máscara de la peste negra.

Te acercaste y diste un pequeño beso a dónde estaba su mejilla separada por el cristal, el se apartó un poco sobresaltado por tú acción y maldiciendo mentalmente porque el vidrio estuviera en medio.

Suspiraste y miraste al suelo, la verdad también te dolía el hecho de que jamás podrían ser una pareja normal, pero no es tiempo de lamentarse, porque aunque no puedan tocarse, no importaba si podían estar juntos y con un sentimiento mutuo que los uniera más que el contacto físico.

—Te amo. . . Y el hecho de que nos amemos aunque jamás nos hubiéramos tocado o besado es solo la muestra de que nuestro amor es uno de los mejores y más fuertes— Lo miraste directo a los ojos, él te observaba con asombro por tus palabras.

Tocaste el vidrio con tu mano extendida, cosa que el imitó poniendo la mano sobre la tuya. —Sabía que eras perfecta— dijo aún mirando tus ojos negros y brillantes de amor y ilusión, esos ojos que el más de una vez te dicho que son las estrellas más hermosas.