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Tener una pareja dentro del trabajo es arriesgado, la infidelidad, aprovechamiento de la otra persona y otros temas pueden ser posibles resultados, pero en la Fundación SCP donde trabajas esos no son los peores escenarios.
Trabajar con una variedad de seres y objetos que resultan en ocasiones una amenaza para la realidad misma hace de varios escenarios mortiferos y dolorosos algo del día a día, más para algunos de sus seleccionados compañeros, cuyos romances en el trabajo suponen una amenaza y medida de seguridad constante, asegurarse que sus relaciones terminen siendo un beneficio para la sus jefes es su principal tarea.
Desde la chica que es acosada constantemente por una máscara de comedia o la que sorprendentemente tiene un médico de la peste negra cuyo contacto es mortífero totalmente a sus pies como estudiante de secundaria.
Los riesgos son tan grandes como los sacrificios y aún así a ti solo te tocó... Ser incapaz de comer vegetales cerca de él.
Scp 073: Caín
—16... 17... 18... 19... ¡20!— Contaba una de las enfermeras de aquel lugar alejándose de su recién asignado novio para finalmente recibir su almuerzo de su compañera. —¡No te muevas de ahí Caín!
—Esta bien...
—¿Por qué estás haciendo esto?— Preguntaba ante la extraña actitud de su amiga, que solo le entregó una hoja con los registros de su Scp designado.
—Scp 073, resulta una amenaza para cualquier tipo de vida vegetal que se encuentre en un rango de 20 metros de distancia— Mencionaste abriendo el contenedor de tu comida.
—¿Y eso qué?—
—Que yo solo traje una ensalada y una manzana para comer hoy porque hoy iniciaba mi dieta— Comentaste mientras le enseñabas tu ensalada.
—Oh... Espera, ¿Y la manzana?—
—No se salvó...
Y así fue como tuviste que dejar atrás la dieta por tú novio.
B O N U S:
—...Aquí está el resto de la información, léelo atentamente y esperamos tu reporte para este fin de mes— Tu tarea ya había sido asignada, tu compatibilidad para este trabajo era innegable y ahora solo faltaba hacerlo bien.
—Si señor— Y así se retiró haciendo una seña para que finalmente 073 pudiera entrar a la oficina mientras tú tomabas la manzana que dejaste en tu escritorio. —Buenas tardes Caín, soy la enfermera Davis, a partir de ahora estás bajo mi cuidado y me gustaría tener una buena relación contigo—.
—Lo mismo digo...— Contestó de forma simple.
—Ah... Hombre de pocas palabras— Mencionaste con una sonrisa que fue apartada tan pronto sentiste algo extraño en la fruta en tu mano. —¿¡Que le pasó a la manzana!? ¿Cómo fue que...?—.
—Lo siento...
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