Fragibilidad

31 1 0
                                    

Jin corrió por los pasillos, pero no se dirirgió al laboratorio. Quería averiguar que sucedía, ya que había visto a las personas abandonar el edificio pero a los únicos Buddyroids que había visto seguirlos eran Usada y Nick.

-¿Dónde quedaron los demás?- dijo para sí. Sabía que todas esas máquinas eran demasiado valiosas para la EMC como para que sus ingenieros las abandonaran solo así.

Avanzó hacía la entrada del hangar, pero un terremoto lo derribó de rodillas contra el suelo apenas dió un paso en su interior. Sintió una tibieza e inspecciono su pierna: se había roto el pantalón con la caída y tenía una herida sangrante.

Le pareció extraño, ya que no había sido una caida tan fuerte.

-¡Hay que apresurarnos!- exclamó Ryuji, manteniendo la vista en una extraño aparato. -Sea lo que se que este ocurriendo, esta generando un campo magnetico que debilita nuestros cuerpos.

-¿Qué quieres decir?- dijo Yoko.

-Por los programas en nuestro sistema, nos ha hecho más fragiles. El más mínimo golpe puede matarnos.

Los ojos de Yoko se llenaron de angustía. Hiromu la abrazó tratando de tranquilizarla, mientras le lanzaba una mirada fulminante a Ryuji.

-Eso no ayuda- dijo.

Otro temblor los hizo apoyarse contra las paredes, teniendo cuidado de no recibir ningun golpe brusco.

-¡Hay que encontrar a Jin!- exclamó Hiromu, activando su Morphin Brace.

"It's Morphin Time!" se escuchó.

Yoko y Ryuji asintieron firmemente, siguiendo su ejemplo.

-Let's Morphin- exclamaron al unisono.

Ya transformados como GoBusters, corriendo por los pasillos en busqueda del pequeño.

-¡Jefe Sakurada!- dijo la chica desde el comunicador -¡Hay una presencia de 2 humanos en el hangar!

-¿2?- dijo Yoko extrañada -¿Cómo es eso posible?

-¡Sera mejor averiguarlo!- dijo Hiromu.

Las máquinas que habían estado sin control ahora estaban apagadas y en el suelo. Jin caminó entre ellas, avanzando de forma cautelosa y en guardia, listo para cualquier situación.

Al pasar junto a un helicoptero, vió en la parte más alejada del lugar un fuerte destello verde. Decidió aproximarse a investigar, pero cuando estaba a menos de un metro una terrible onda proveniente de la luz lo tiró hacía atras.

La onda avanzó por todo el edificio, derribando a los GoBusters cuando estaban a solo unos metros del hangar y desactivando todos los sistemas del Transport Research Center.

-¡Jin!- exclamó Yoko, antes de terminar inconsiente contra el suelo.

Cuando todo pareció normalizarse de nuevo y los sistemas comenzaron a funcionar de nuevo, los cientificos e ingenieros se apresuraron rapidamente al interior.

Nick y Usada corrieron al laboratorio principal, donde encotraron a Gorisaki escondido debajo de un escritorio junto a 2 jovenes cientificos.

-¿Y Yoko y Hiromu?- preguntó Usada de inmediato.

-Ellos y Ryuji fueron a buscar a Jin- respondió mientras salía de su escondiente. -Lo más seguro es que esten en el hangar. Ahí fue el ultimo lugar donde fue localizado el chico.

-¡Vamos!- exclamó Nick.

Llegaron al pasillo que conectaba con la entrada principal del hangar y quedaron aterrorizados con lo que vieron. Hiromu, Yoko y Ryuji yacían en el suelo inconcientes. Estaban destransformados y tenían heridas en los brazos, piernas y en el rostro.

-¡Hiromu!- exclamó Nick, corriendo hacía él.

-¡Yoko!- Usada se aproximó a ella, revisando sus signos vitales.

-¡Ryuji!- dijo Gorisaki, tomandolo en brazos.

Los 3 Buddyroids temían los peor, pero cuando sus compañeros comenzaron a despertar sintieron un gran alivio.

-¿Qué sucedió?- dijo Hiromu mirando alrededor. Nick lo ayudó a ponerse en pie poco a poco y luego él corrió a ayudar a Yoko.

-No se que paso, pero no estamos en el Hyper Espacio- dijo Gorisaki, ayudando a Ryuji.

-Esas son buenas noticias- dijo su compañero apenas estuvo sobre sus pies.

-¿Dónde esta Jin?- exclamó Yoko, tratando de correr hacía el hangar. -¡Jin! ¿Dónde estas?

Estaba tan debil que hubiese caido al suelo en ese segundo si Hiromu no la hubiera atrapado.

-Despacio- le dijo, pero ella estaba muy angustiada.

-¡Hay que encontrarlo!- exclamó ella.

Jin Sakurada abrió poco a poco los ojos, sintiendo como si algo zumbara en su cabeza. Con toda la fuerza que quedaba en su cuerpecito de 7 años, se pusó de pie y miró alrededor. A pesar de la explosión nada se había destruido.

-¡Okaa-san!- gritó, buscandola. Estaba muy asustado y quería correr a los brazos de sus padres. En su mente se decía que ya nunca lo desobedecería jamas.

Pero mientras miraba alrededor se encontró con unos ojos de color verde y se quedó congelado en su sitio.

Una extraña chica lo miraba fijamente desde el suelo, observandolo como si fuese una criatura extraña.

Digital NeesanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora