Mientras Martín observa la dimensión Liebeehass o como en realidad se llama, la dimensión Celestial, Margaret y Oliver intentan aclarar las dudas de Martín y responder cada una de sus preguntas sobre su historia. Martín observa lo demasiado limpio que era el lugar, nada parecido a las ciudades humanas, al contrario, se nota una belleza en el lugar nunca antes vista. Paredes blancas, un domo que contenía escrituras que Martín no podía descifrar, eran nombres, nombres de personas.
—Martín. ¿Me estás escuchando? —Expresó Oliver mientras lo mira muy confundido.
—Sí, te escucho y creo todo lo que me dicen, pero necesito ir más allá, necesito saber por qué decidí borrarme la memoria. ¿Cuál fue el motivo? ¿Quién soy yo en todo esto? ¿En que podría yo ayudar? Creo que no lo averiguaré si me presionan—Desesperado expresa Martín.
—Es mucha información por hoy, creo que deberías descansar, los viajes en el tiempo suelen ser agotadores y este fue uno de sus primeros como Martín. Además, su cabeza debe estar atareada de tanto saber, creo que lo hemos estado confundiendo más de lo que está. Llévenlo a su habitación—Ordenó Margaret—Quiero que descanses cariño, en otro momento podremos hablar de todo lo demás. —Expresó Margaret a tono maternal.
—No quiero estar aquí, necesito estar en mi hogar, con mis personas, mis amigos, mi casa. Este lugar, por más mágico que parezca, no es mi hogar, déjenme volver a la tierra, necesito tiempo—Exigió Martín.
—Tiempo es el que no disponemos, no es un lujo que podamos darnos en estos momentos—Responde Margaret
—Por favor, madre. Lo necesito, nada malo me sucederá—Volvió a exigir Martín
—Lo siento, hijo. Debes permanecer en la dimensión hasta que sea seguro—Insistió Margaret sin dar lugar a nuevas exigencias.
Martín se retiró escoltado por dos Liebeehass quienes amablemente lo llamaron, majestad.
— ¿Majestad yo? ¡Por favor! —Expresó entre risas Martín mientras los seguía hacía su habitación.
En la Dimensión Celestial yacían los Liebeehass más poderosos, quienes generalmente se reunían cuando las situaciones lo requerían, ante el peligro, debían estar preparados tratando de siempre estar un paso adelante del enemigo. En una enorme sala, con mesa circular, se encontraban cuatro individuos cuyos aspectos no eran para nada similares. En una punta de la gran mesa se encontraba una mujer que, a decir verdad, era muy anciana. Su cabello era color rojo vivo, con raíces blancas, una buena movilidad a pesar de su vejez, su nombre es Carineks. A su lado, se encontraba una Liebeehass cercana a Geheimnisse, era Paula quien a la vez servía en la tierra así como en el cielo, se mantenía cerca de su amigo y es quien lo aconsejaba a pesar de saber que Martín no era Geheimnisse. Paula, ha sido una pieza muy importante en la dimensión celestial, ella es quien aconseja a la realeza como también es considerada como parte de la familia. Por último, se encontraba Oliver quien tenía a su lado a Margaret.
—Este día ha llegado y debemos ponernos a trabajar, hay Dunmiunit merodeando por toda la ciudad, buscando a Geheimnisse, nuestra persona de gran valor. Es hora de actuar y no ser tan blandos con él, debe estar a la altura de las circunstancias, debe despertar cuanto antes, debe recordar—Exclamó la anciana dando un golpe sobre la mesa.
—Lo sabemos, Majestad. Sin embargo, debemos ir paso a paso, él mismo nos ha dado instrucciones de todo lo que debíamos hacer, no podemos pasar por encima de esas instrucciones, usted misma sabe de quién estamos hablando— Expresó Paula aconsejando a su superior.
—A todo esto, Majestad, estamos hablando de algo importante, debemos tratar el asunto con calma, sé que él va a recordar quien es, y a su vez quienes somos, ha pasado mucho tiempo, tenemos que darle tiempo y confiar—Expresó Oliver.
ESTÁS LEYENDO
Oscuridad, tiempo, luz, destiempo © [EN CURSO]
Sci-fiMartín, un adolescente común y corriente, con el correr de los días tiene un sueño que lo conduciría a su origen, su especie; los Liebeehas, seres ancestrales que no sólo protegen la Tierra, sino a cada humano que la habita. Nacidos del amor de los...