Capítulo 5 - Hermanos

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Una vez que los hermanos Liebeehass regresaron al presente, Natanielisse, quien traía consigo a sus dos hermanos gravemente heridos, le cuenta a su madre lo que había sucedido en el futuro cuando Sicherheit decide traicionarlos, intentando entregar a Martín a la oscuridad.

—¿Cómo es que Sicherheit los ha traicionado? Debí suponerlo cuando impacientemente me había insistido en llevar a cabo está misión, fue idea suya viajar al futuro para intentar recuperar a Imni. Sicherheit era mi persona de confianza, y me clavó un puñal por la espalda. —Comenta desesperada, Carineks.

—Madre, tú no tienes la culpa de confiar en la pureza de todos los Liebeehass que habitan en la dimensión, la oscuridad ha corrompido a Sicherheit, me temo que no lo recuperaremos. —Agrega Natanielisse consolando a su madre y despidiendo a un gran amigo, y a un querido familiar.

—¿Dónde llevaron a mis hermanos? —Pregunta consternada, Natanielisse.

—Princesa, sus hermanos se encuentran en el ala Este del reino, recuperándose de sus heridas—Responde el General que sustituye a Sicherheit.

—Iré a verlos, madre. Muchas gracias, General —Dice Natanielisse

Mientras Nat desaparece de la sala de operativos y misiones importantes, Carineks, quien se encontraba aturdida por la inesperada traición hacía su persona, pensaba en tantos años de amistad, de lucha, de risas y de abrazos que había compartido con su querido amigo. Carineks intentaba no creer en lo que estaba sucediendo, pero la realidad misma ha demostrado que su querida persona de confianza, había enviado toda su confianza a la basura.

— ¿Cómo puede ser? ¿Por qué decidió hacerlo? —pensó la Reina Liebeehass con lágrimas en sus mejillas.

—Majestad, ¿se encuentra bien? —Pregunta el General.

—Necesito estar sola, por favor. —Contesta Carineks sin mostrar su rostro completamente destruido.

La sala quedó completamente en silencio. Carineks se recostó en uno de los sofás que se encontraban en la sala y cerró sus ojos, dejó caer sus lágrimas, lágrimas cristalinas, que caían y mojaban el suelo de la habitación en representación de tantos momentos vividos.

Al otro lado del reino, respectivamente en el Ala Este, se encontraban Martín y Oliver heridos, uno por el desgaste de energía y el otro por las heridas causadas por los seres oscuros. Natanielisse se encontraba en medio de ambas camas, donde su hermano mayor y su hermano menor descansaban luego de un arduo y agitado día.

—Martín. ¿Cómo estás, cómo te encuentras? —Pregunta Natanielisse al ver lo pensativo que se encontraba su hermano mayor.

—Me encuentro bien, gracias por preocuparte. Responde Imni sin dejar de pensar y mirar un punto fijamente.

— ¿Qué es lo que te perturba? Puedes confiar en mí, siempre que necesitabas desahogarte, lo hacías conmigo, con tu hermanita menor. —Comenta Nat.

— ¿Cómo es que soy tu hermano mayor? Tengo tan solo 20 años, como puede ser posible. —Pregunta Imni sorprendido.

—Claro, estuvimos aturdiéndote con tanta información que olvidamos por completo responder a lo más relevante, ja. —Responde Nat con gracia—Voy a responder a tu pregunta y luego tú responderás la mía, y si no lo haces, conocerás a la perra desgraciada que habita en mí. ¿Si? —Le dice Nat a Imni golpeando el hombro de su hermano.

—Jajaja, siempre has sido una perra, eras mi madre y actuabas como una imbécil. Sin ofender, ja. —Le dice Imni riendo y haciendo muecas por el dolor que sentía al reír.

—Cállate. Bien, tú eres nuestro hermano mayor, y la razón por la que a tu parecer eres muy joven, se debe a que nosotros, los Liebeehass somos seres que envejecemos muy lento, nuestro metabolismo no es humano claramente, es por eso que tenemos muchísimos años, incontables diría, ¡Ni te atrevas a preguntar mi edad! —Grita entre risas Nat y continua—Pero puedo decirte cuántos años tienes tú y también contarte cosas que me prohíben revelar.

—Tranquila, no preguntaré tu edad, pero sí, quiero saber de mí, por ejemplo, que es ese cuadro que he visto en los pasillos del reino, me han dicho que es un cuadro que muestra nada más ni nada menos que el futuro del que se detiene a contemplarlo. —Dice Imni con mucha curiosidad.

—Verás, como ya sabes, así como existimos los seres de luz, existen los seres de la oscuridad, y por ende, solo los seres con pureza en su corazón pueden prevalecer en la tierra. Ese cuadro te ha mostrado tu futuro, ese futuro que nos amenaza día a día, una guerra, dos bandos y un objetivo en cada bando, proteger y destruir la tierra. Ese guerrero eres tú, y así como lo dicen las instrucciones que nos dejaste al marcharte, esa guerra sucederá y en ellas mencionas que despertarás antes de que la guerra entre la luz y la oscuridad ocurra. —Responde Natanielisse a la pregunta de su hermano quien se encontraba acostado escuchando atentamente todas y cada una de las palabras que salían de la boca de su hermana.

—Creo que no le has dicho cuántos años tiene—Interrumpe Oliver a carcajadas, quien despierta y se une a la conversación.

—Es verdad, la realidad va a ser impactante para ti, pero aquí va. Tú tienes dos mil cuatrocientos millones de años, eres todo un anciano, hermanito. Naciste cien mil años después de que nuestros padres nacieran. Tú nacimiento marcó un antes y un después en la historia de los Liebeehass, luego te contaré más. —Comenta Oliver riendo de la reacción de su hermano. — Ahora debes respondes la pregunta que Nat te ha hecho desde un principio. ¿Qué es lo que te preocupa?

—¿Millones de años? Es algo que tardaré en procesar. ¿Soy un anciano? —Pregunta Imni.

—No, en nuestra raza no existen los ancianos como tal, envejecemos, sí, pero lo hacemos de una manera muy diferente, nuestros años corren pero nuestra vejez llega mucho después—Responde Natanielisse y vuelve a preguntar— ¿Qué es lo que te preocupa?

—No es algo tan revelador como lo que me acaban de contar, solo no puedo creer lo que ha sucedido, no puedo creer aún que alguien mostró confianza, respeto y de luego decide traicionar a la familia, no puedo creo aún que por mi culpa ustedes corran peligro. —Expresa Martín pensativo.

—¿Qué dices hermano? ¿Acaso no tienes noción de lo que acaba de pasar? —Exclama Oliver regañando a su hermano. —Nos has salvado la vida y aún no puedo creer lo que mis ojos han visto allá afuera. Tus habilidades son tan poderosas que acabaron con la oscuridad que intentaba hacerte llegar hacía Dunkelheit. ¿Qué es lo que sentiste?

—Lo que sentí es temor. Temor a que les hagan daño, pero es confuso porque los acabo de conocer. Ver a Nat siendo lanzada lejos y a ti, Oliver completamente inmóvil, pensé en lo único que Carineks me ha dicho en el entrenamiento, pensar en algo que me haga enojar y buscar una posible solución. Y funcionó—expresó Martín.

—Yo te dije mi querido Oliver, que mis métodos son eficaces. Expresó con gracia Carineks interrumpiendo a sus hijos al entrar a la habitación.

—No seas presumida, madre. Contestó Oliver.

—Vamos guerreros míos, descansen. Solo he venido a revisar que se encuentren bien y a comentarles que tengo que programar una reunión en la dimensión para anunciar la triste y lamentable noticia de los fallecidos en el futuro, el Reino debe saber la verdad y realizar el ritual como corresponde—Expresó a tono sensible Carineks. —La oscuridad se está llevando a nuestros hermanos Liebeehass, no permitiré que siga sucediendo.

Oscuridad, tiempo, luz, destiempo © [EN CURSO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora