/яеsετ/ jαεчσиφ.

τωεиτγ σиε

- Te has dado cuenta que estamos yendo a la casa de un extraño...?

- No es extraño, era un amigo de mi infancia que por  casualidad me lo encontré en el supermercado viendo... frutas.

- Te lo has inventado.

- Pues claro, él odia las frutas, duh.

Los adultos fueron hacia la dirección citada y tocaron el timbre. Un chico con apariencia bastante joven abrió la puerta y se les quedó mirando

- Quiénes son...? -preguntó el chico-

- Buscamos a... chitapion lee... -dijo dudoso, Taeyong-

- Oh, bien. - el chico se dio vuelta y llamó en un idioma algo desconocido para ellos a otro chico -

El chico apareció por allí y miró a los dos confundidos jóvenes de ahí.

- Chittaphon! - habló John, dirigiéndose a el nuevo de allí -

- Tú eres...?

El pequeño que había aparecido antes los miró confuso, hasta que decidió hablar.

- A qué vienen ustedes? son padres de Chenle o Jaemin? -dijo-

Los dos se miraron confundidos.

- Venimos para hablar con él - John apuntó a el chico a su lado -

- Mi hermano? con dos chicos? -miró a el nombrado- Wow, no sabía que tenías esos gustos -sonrió y se fue con la mirada de todos los presentes-

- Disculpenlo, es adoptado.. pasen. - Se hizo a un lado, dejando pasar a sus "invitados" -

Una vez adentro, el dueño de aquella casa los llevó a la sala y se sentó en uno de los sofás de por allí, dejando a los otros sentarse en los otros -

Taeyong dio un suspiro al ver la cara sonriente de John y decidió hablar

- Bueno... Nosotros, o sea, John, tuvo la idea de invitarte a hacer una clase de investigación... de un muerto.

- Oh! por supuesto que sí, amo de esas cosas, pero tengo una duda, ¿Por qué yo? -miró a ambos con curiosidad-

- Te acuerdas cuando íbamos a primaria los dos y un día vino Lucas y nos contó que su perro había muerto? -dijo John-

- ¿Qué? No te entiendo... no sé ni quien eres -dijo confundido-

-Johnny suspiró- Johnny, nos vimos hace tres días en el supermercado.

Ten abrió grande los ojos

- John! es cierto, me había olvidado, disculpa.
Bueno, ¿Qué decías de Lucas? - dio una pequeña sonrisa-

- Que cuando su perro murió, tú al día siguiente nos invitaste a la casa de tu abuela e hiciste una especie de "charla" con el perro de Xuxi.

Ten rió.

- Ya veo a donde viene esto. Está bien, los ayudaré, pero primero tengo que saber la situación en la que me estoy apunto de meter.

Taeyong analizó sus palabras, "situación en la que me estoy por meter", le sonaba algo mal la frase.

Decidieron contarle, el chico les prestaba atención y de vez en cuando preguntaba cosas que le podía llegar a servir luego.

- Bien... primero que nada, tienen que saber que si un fantasma, mejor dicho, una persona muerta aparece en tus sueños, es porque quiere algo de ti o busca hacerte algo, ¿entienden?

- Sí, y justo eso era lo que habíamos pensado antes de venir contigo, queremos saber qué es lo que quiere... y puede ser que otras cosas más, pero ,al menos yo, me quiero librar de él -dijo cabizbajo el pelirrojo-

- Bien. También quiero saber otra cosa, ¿Han resuelto el tema de las cartas? -miró a ambos, estos negaron-

- Entonces va a ser complicado, pero no importa. Ahora quiero pedirles una cosa, nos veremos otro día, entonces quiero que traigas todo lo que te ha llegado de esas cartas, todo, ¿entendido? -dirigió sus palabras a Taeyong, este asintió-

Todos se levantaron, en eso llegan tres chicos riendo y van hacia el más bajo de los tres que estaban.

Uno de ellos habló

- Ya nos harás de almorzar? tenemos hambre, Chenle ya quiso comerse a Ren -dijo uno-

- Ya, esperen un segundo. -dijo Ten-

Uno de ellos se acercó a Taeyong.

- Cómo te llamas? -dijo-

- Eh... Taeyong. -respondió-

- Te he visto en televisión...

Los dos se quedaron en silencio, hasta que el dueño de la casa llamó a los más pequeños y se fueron.

- Lo siento, son amigos de mi hermano. Vamos a la puerta. -dijo y se fueron al lugar-
En fin, nos vemos, John, te diré por mensaje cuando puedan venir. Y tú -señaló al mediano- ten cuidado al soñar. Si ves algo raro también cuentalo...

Taeyong lo miró con cierta confusión y asintió.
Se despidieron y cada uno se fue por su camino.

Taeyong se puso a pensar en todo lo del día, las palabras de el adolescente que decía conocerlo y las frases de Ten.

Era cierto, debía tener cuidado.

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