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El japonés y el chino de esa sala estaban hablando con los ojos cerrados diciendo cosas extrañas. Taeyong analizaba la habitación con velas al rededor de ellos, algo escrito en el sueño con tiza y las luces apagadas, parecía un exorcismo según él.

- Junten las palmas de sus manos -dijo el japonés, recibiendo acciones por oarte de los otros, imitandolo-, ahora deslicenla para la derecha y luego hagan su mano para adelante con dos dedos

Repitieron lo dicho y de repente las velas que alumbraban se apagaron, una detrás de otra. Johnny y Tae se miraron, no sabían que hacer, hasta que la voz del japonés se hizo presente.

- Bien, ahora ya debería haber funcionado, se supone que en cualquier momento Jaehyun se aparecerá... o no lo sé. Pero mientras, ya terminamos. Si gustan, se pueden ir -miró sonriente a los mejores amigos-

- Pero eso cuándo va a pasar? -preguntó confundido, John-

- Ya debería haber pasado, o eso creo -respondió el chino mirando a Yuta, quien se sentó en el piso con las piernas cruzadas y cerró los ojos-. Yuta?

Todos se quedaron mirando al japonés, queriendo entender que es lo que hacía.

- Su alma está aquí, o eso siento. Esperen -se levantó y fue hacia abajo, dejando confundidos a los que quedaban-

Luego de mirarse un rato, llega el japonés con su querida abuela, quien tenía una pequeña bolsita en su mano.

- No digan nada y sólo cierren sus ojos -dijo la señora poniéndose en medio de aquella habitación-

Nadie podía ver que es lo que hacía, sólo se podía escuchar algo cayendo al piso, se escuchaba como arena. O polvo.

- Abran sus ojos -ordenó la abuela-. Ahora díganme, ¿Qué sintieron?

- Yo sentí como si me hubieran soplado en la oreja, fue raro -dijo el japonés-

- A mí me pasaban algo por el brazo -ahora fue Sicheng quien habló-

- Me tiraban el pelo -dijo John, sobandose su cabeza-

- Y tú, Taeyongie? -dijo dulcemente la señora Mai-

- Yo no sentí nada... -dijo algo desanimado-

- No te preocupes, seguro pasará algo después, ¿quien sabe si se te aparece cuando estés en tu casa? -dijo bromeando John-

Seis de la tarde, Johnny había acompañado a Ty a su casa, el japonés y Sicheng se habían quedado hablando en la casa de Nakamoto.

Taeyong estaba algo desanimado, esperaba poder encontrarse a su fantasma amigo, pero no fue así.

Fue al baño y se bañó, salió y decidió tomar una siesta pequeña, se acostó y lo primero que hizo fue ponerse a pensar en lo que había pasado, y también en cosas que le hubiera gustado que pasen, tanto en el pasado como en ese día.

De tanto pensar, se quedó dormido, quizás no cenaría, eran las ocho, pero no tenía hambre, aunque quizás se despertará a las doce a prepararse algún alimento.

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Se levantó de repente a causa de un ruido, provenía de el pasillo, fue hacia el lugar y se encontró con un cuadro tirado

Levantó el cuadro, la foto se trataba de nadie más ni nadie menos que su querido Jaehyun. Se la quedó mirando unos segundos, analizando su rostro sonriente, esa foto era de hace mucho, ese día era su graduación, los dos estaban tan entusiasmados, bonito día. Cuando menos se dio cuenta, su mejilla izquierda ya estaba siendo mojada por una lágrima, empezaba a creer que todo lo que había hecho en estos días era en vano, que tenía que darse cuenta que Jaehyun, "su Jaehyun" no iba a volver más, y que tendría que vivir normalmente como lo venía haciendo antes del tema de las cartas. Una decepción de vida para Tae.

Dejó el cuadro donde estaba y fue a la cocina, vio el reloj colgado en una pared, las once y media marcaba. Fue a su refrigerador y sacó algo de comida, para luego prepararse algo rápido e ir a su habitación.

Dejó su comida a un lado y fue al baño, se lavó la cara y se miró al espejo, encontrándose con una cara y un cuerpo "familiar".

Jaehyun estaba parado en la puerta, apoyado en el marco mirándolo con una sonrisa.