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Al momento de recibir aquel último mensaje de la mañana, Momo no creía en serio que la menor se encontrara afuera de su departamento, no estaba acostumbrada a tener visitas, por eso con algo de cansancio y una cabeza punzante acomodó lo necesario ...

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Al momento de recibir aquel último mensaje de la mañana, Momo no creía en serio que la menor se encontrara afuera de su departamento, no estaba acostumbrada a tener visitas, por eso con algo de cansancio y una cabeza punzante acomodó lo necesario de la sala de estar sólo que no vio como es que un portafolio cerrado gracias a Dios (dentro contenía partituras para piano) resbalaba de su lugar por el movimiento brusco al quitar un cojín hasta caer.

Se dirigió hasta la manija de la puerta color blanco, recibiéndolo como tal a una amiga de confianza con una sonrisa pesada en su rostro

Dahyun tenía cargando una bolsa de plástico, fue apresurada a la pequeña mesa que se encontraba cerca de ella, sacó lo que venía dentro, unas cuantas botellas de plástico color blanco junto con cajas de medicina.

Momo sin ninguna preocupación terminó por cerrar la puerta, su garganta se sentía rasposa así que se fue a la cocina por un vaso de agua, dejando a Dahyun atrás después de unos pasos cortos sintió tropezarse con algo muy pesado, no llegó al piso.

Una Dahyun muy observadora y rápida más que la anterior la sostuvo de la cadera, iba con el propósito de levantar aquel objeto pero Momo se le atravesó y le impidió el paso aún así la mayor maldijo para sus adentros.

La mayor en ese momento sentía sudor frío bajar desde su cabeza y presentarse en su espalda, pero más al sentir los brazos fuertes de Dahyun sosteniéndola.

— ¿Por qué estás aquí?— volvió a recuperar su equilibrio.

— Quiero curarte unnie...— indefensa, inflando aquellas regordetas mejillas.

— No me conoces tanto para hacerlo— tomó asiento en un sillón individual negro.

— Pienso lo mismo pero, me gustaría tener más contacto contigo, poder ser buenas amigas, así pienso iniciar— alza sus hombros junto con las manos, creando un pequeño puchero travieso.

— No creo que sea la mejor idea, pero bien iré a mi habitación si quieres algo de comer tómalo, tengo netflix por si tienes ganas de verlo prende la consola— se quejó al subir apenas cinco escalones

Arrugo su nariz y frunció el ceño por nuevamente sentir a la menor tomándola de la cintura, esta niña si que era un caprichosa.

No dijo nada, dejaría que la niña la lleve hasta su cama así podría asegurarse que no necesitaría más ayuda.

Al sentir ya la almohada bajo su nuca, relajó todo su cuerpo, Dahyun por lo tanto le mostró su más que perfecta sonrisa llena de satisfacción, se quedó por un pequeño rato en shock.

Reaccionó al escuchar su tan agradable voz murmurar algo que no alcanzó a entender muy bien, gracias Dahyun.

Sin esperar respuesta Dahyun salió de la habitación no sin antes subir una cobija hasta los hombros de la mayor, no quería que se enfermara más y así no podría acercase más a ella.

Cerró los ojos por digamos, 29 minutos cuando escuchó su puerta entreabierta abrirse por completo despertó de su corto sueño.

— Esto unnie, seguro te ayudará— extendió la charola de metal la cual cargaba una taza de té caliente sabor manzanilla, a un lado de ella un frasco de vidrio con nombre de medicina y para cerrarlo, ramén recién hecho.

Tenía tanta hambre desde la mañana...

— La pastilla debes tomártela junto con el té, no traería agua fría ya que te ves terriblemente mal, no creo que sea sólo una jaqueca— término por acomodar la suave almohada de la mayor para que la usase como recargadera.

— ¿Tanto te importo?— preguntó al ver como la menor le pasaba la taza blanca llena de té, esta chica si que le sorprendía.

— Mucho...— terminó por decir sinceramente. — te traje algo de comer espero que te guste, sé que la sopa ayuda en algo—

Su sonrisa apareció de nuevo, esta vez la de ella también.

— Gracias por...— fue interrumpido por su voz

— No es nada unnie, en serio estoy aquí por mi voluntad ¿quieres que prenda tu televisión?—

— No gracias, todo me aburre— tomó dos palillos y enredó en ellos el ramén que olía muy bien desde la cocina.

— ¿Has visto hora de aventura? Tzuyu y yo siempre lo vemos cada que estamos aburridas en alguna de nuestras casas—

— Realmente nunca he escuchado ese nombre pero está bien, pónla—

La menor dio un saltito al escuchar la aprobación de la enferma, pues no quedaba de otra, sonrió y acomodándose junto al otro tomó el control y reprodujo el primer capítulo.

Momo no prestó atención alguna a aquella estúpida serie que la menor parecía disfrutarla mucho, lo que si le gustaba era escuchar la risa de la peliazul le causaba tanta ternura al verla, simplemente era un niña de comportamiento eso fue lo que de impacto derritió a Momo, estaba confusa en sus pensamientos y quizá deba prestarle más atención de la poca que le brindaba a ésta no era mala idea ¿por qué no ser buenos amigas o otra cosa mejor?.

Odiaba que su actitud fuera así, que se encariñará con cualquier que le trate como a una princesa sin solicitarlo, bueno existe Mina quien la trata como a un hija especial pero ella es diferente, Dahyun es muy diferente.

La sonora carcajada de Dahyun le despejó de la mente, degustaba de su sopa apreciando a la chica que mostraba aquella hermosa sonrisa y achinados ojitos, gracias televisión de paga.

La sonora carcajada de Dahyun le despejó de la mente, degustaba de su sopa apreciando a la chica que mostraba aquella hermosa sonrisa y achinados ojitos, gracias televisión de paga

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𝘴𝘯𝘢𝘱𝘤𝘩𝘢𝘵 ✫ DahmoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora