cuerentena / litcko

*cuatro

tercera semana y media de cuarentena

Las cosas tampoco han cambiado mucho. Mauro es un poco más cariñoso conmigo, pero no gran cosa.

Me moría de ganas de decirle todo lo que siento y comerle la boca de una vez.

Pero no lo iba a hacer, y menos ahora, en medio de una pandemia.

Quería que Mauro sea más cariñoso, necesitaba amor, siempre he ido escaso de eso.

No se si se esté dando cuenta de esto o si esté pillando las indirectas, pero si lo hace, no muestra ninguna señal.

- Matías, ves a comprar dale, ya falta comida - dijo Mauro después de mirar que podía hacer para comer, y era verdad, ya no teníamos mucha cosa para cocinar.

- Mauro, llevo yendo yo a comprar desde principios de la cuarentena, te toca a vos.

- Me da miedo, Matías - dijo haciendo pucherito, ay bebé.

- Uhh bueno, ya voy yo. Intentaré no tardar - dije dejando un beso en su frente.

- Tené cuidado Matías.

Caminaba hacia el súper mercado.

Compré lo necesario, carne, pasta, leche, agua, refrescos... Helados, a Mauro le encantan los helados, aunque ya empiece a hacer frío, a él le gusta.

Volví a casa lleno de bolsas, ojalá pudiese venir Mauro, así me ayuda.

- ¡Maurooo, vení! - grité desde la puerta con mis brazos dolidos.

- ¡Dios mío Matías!

- ¿Qué pasa?

- Compraste helado - gritó emocionado.

- Sí Mauro, pero me podés ayuda por favor.

- Uy si, perdón.

Entre los dos guardamos todas las cosas en el menos tiempo posible. Mauro hizo milanesas con puré para cenar.

Después nos pusimos a ver serie, lo que hacíamos cada noche después de cenar.

Comenzamos "into the night", una serie interesante la verdad.

Mauro ahora se encontraba al lado mío, me entró la vena cursi, así que me acerqué un poco más, pase mi brazo por su cintura y me apoyé en su pecho.

- Ma-Matías, ¿qué hacés? - dijo nervioso.

- ¿Te molesta? - pregunté alzando mi cabeza para verlo, estaba rojito, ay que tierno.

- Oh no, es... es raro - escuchaba el latir de su corazón a mil.

- ¿Te parece raro? ¿Por qué?

- No no, no es nada, tranquilo - dijo él ahora pasando su brazo por mi hombro.

Ojalá estuviesemos así siempre, cuando quiere es muy tierno.

Mauro o es muy tierno o es muy seco, no hay un entremedio con él. Y ahora mismo estaba en el extremo de ternura, y eso me encantaba, es un sol.

Después del primer capítulo me di cuenta que se estaba muriendo de sueño, más lindo.

Noté que ayer no durmió mucho, estuvo todo el día cansado y con ojeras bastante notables.

- Mauro, ¿vamos a dormir?

- Nono, miramos otro capítulo dale.

- Éstas que te caes del sueño, vamos a dormir, amor - lpm no.

- ¿Qué?

- Nada, vamos dale - dije agarrándolo de la mano para llevarlo arriba.

- No, ¿qué dijiste?

- Mauro nada, no dije nada, nomas vamos a dormir.

- Matías no soy estúpido.

- Sisi, hacete el cualquiera Mauro, me voy a dormir - dije separando nuestras manos y subiendo arriba enfadado, no sabía exactamente el por qué.

Él sabe que me jode demasiado que me insista, está claro que no quería hablar del tema, ¿no? había sido un error, yo no lo quería llamar así, listo.

Me acosté en la cama, ya agotado, esto se me estaba haciendo enterno, y a penas es el comienzo.