quinta semana de cuarentena
Aunque Mauro ya no sea tan seco, sigue igual que antes, algún abrazo y mimos, nada más.
Y bueno, no sabía que esperarme, es obvio, es mi mejor amigo, nada más.
Daría lo que fuera por tener algo con Mauro, poder estar siempre abrazado a él sin que sea raro, poder admirar su belleza siempre que quiera sin que sea incómodo, y poder besarlo sin dificultades.
Ahora estábamos, lo que se podía decir, bien. Pero yo quería estar a su lado 24/7 pero bien sabía que no puedo.
Así que me tenía que aguantar las ganas de comerle la boca a todas horas.
Eso ya era costumbre.
Me encontraba en mi cama, en mi lado, esperando a que venga Mauro para apagar las luces.
Mauro salió del baño, sin remera, ya lo había visto varias veces así, pero esta vez era diferente.
Este pibe está re bueno, es una obra de los ángeles. No quería mirarlo mucho, se le haría incómodo, pero no podía evitarlo.
Me tiene loco.
- Matías salí, dejame sitio - dijo, tan lindo y tan brusco.
- Ya voy boludo.
Le hice un hueco y se acostó al lado mio.
Quería abrazarlo, y pasar la noche haciéndole mimos en el pecho. Pero él solo se acostó dándome la espalda.
No era algo raro, varias noches hemos dormido así.
Pero yo siempre quería abrazarlo.
La tristeza me invadió. Los pensamientos rodeaban por mi cabeza, eran demasiado ruidosos. Sentía que nadie me quería, que a nadie le importaba como estuviera.
No sabía si eso era verdad, pero lo sentía así. No tengo ningún amigo a parte de Mauro, y eso duele, porque ni si quiera quiero que sea mi amigo.
Sin darme cuenta ya había empapado mi almohada, fui al baño a lavarme un poco la cara, necesitaba descansar.
Al final, jamás hablamos sobre lo que pasó la semana pasada, pero mientras todo esté bien entre nosotros no importaba.
Me quedé un rato mirándome al espejo, estaba horrible. Las ojeras ya no eran moradas, ahora eran rojas por haber llorado.
Me veía agotado, y realmente lo estaba, todo esto me estaba matando.
Me asusté al ver una cabeza asomarse, Mauro me estaba viendo llorar, otra vez. Y como bien dije, odiaba eso.
¿Qué explicación le iba a dar?
- ¿Matías, que... que te pasa? - dijo acercándose más a mi, y girándome para quedarnos cara a cara.
- No es nada Mauro - dije intenado evitar hablar del tema, pero obviamente no sirvió.
- Dale Matías, pocas veces te he visto llorar, a mi no me mentís, contame.
- Mauro, no quiero, por favor - dije mientras empezó a cercarse a mi, esto me pone nervioso, se acercó hasta abrazarme y apoyar su mentón en mi hombro.
- ¿Sabés que podés confiar en mi verdad? - asentí - ¿Éstas bien?
- S-Sí - dije titubeando, él levantó una ceja - No, no, estoy fatal - dije derrumbándome en sus brazos, y por primera vez lloré delante de él, seguía sin saber que decirle como excusa.
- Matías, ¿por qué no me contás lo que te pasa? No me hablás de vos hace mucho.
- Es que... Siento que no te importa Mauro, que no le importo a nadie. Echo de menos ser feliz. Solo quiero un poco de amor, sentirme querido. Me siento muy solo todo el tiempo - intenté contarle la verdad, y lo hice, pero no toda, no le iba a contar la otra parte.
- ¿Por qué no me lo dijiste antes? Matías vos los sos todo para mi, si me lo hubieras dicho, habría hecho de todo por vos, no quiero que vuelvas a sentirte así, estaré para ti siempre que quieras Mat.
- Pero tampoco quiero obligarte a hacer algo que no querés.
- ¿Matías aún no entendés que sos muy importante para mí? No me tenés que obligar a nada. Si hago algo es porqué te quiero - dijo y agaché la cabeza - Matías, te quiero, y mucho - dijo agarrándome del mentón, para poder mirarlo.
Que me dijera eso realmente me llegó al corazón, nadie jamás me dijo algo así de bonito, y que lo dijese él, realmente me emocionó. Lo amaba mucho, demasiado.
- Matías, abrazame, por favor - dijo agarrando mis manos, y como me pidió, lo abracé - Perdón por no haberme dado cuenta antes.
- No pidas perdón por eso, vos que ibas a saber Mau.
- Bueno qsy, podría haberte preguntado sobre vos, preocuparme, no se, podría haber hecho muchas cosas.
- Ya está Mauro, no pasa nada, quiero dormir, por favor - dije volviendo a abrazarlo.
Capaz ahora podría comenzar a ser feliz realmente.
- Te quiero Matías - dijo agarrándome la mano y llevándome hacia la cama de nuevo - Ahora sí, a dormir Mat
- Gracias Mauro, te debo la vida entera.
- No me debés nada Matías, vení - dijo ya acostados, para abrazarme - Buenas noches Mat, y ya sabés, podés contarme todo.
- De todas formas, muchas gracias Mauro - dije acercándome a él y besando su mejilla - Te amo.
- Yo también Matías - dijo ahora él besando mi frente.
Y entre sus mimos y el latir de su corazón me pude dormir, realmente feliz.

ESTÁS LEYENDO
cuerentena / litcko
Fanfiction✊ | Donde Matías no quiere pasar la cuarentena solo, y llama a Mauro