Capitulo 13

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Un silencio abrumador los separaba. Dulce golpeaba el 
asiento copiloto con sus dedos, mientras Chris se 
concentraba en la autopista que se abría a sus ojos.

UCKER: Necesito parar -le dijo él de pronto. Dulce lo 
miró de inmediato. Esperaba en realidad otro tipo de 
conversación. Algo mejor y más intenso. Tal vez que 
hablaran de los dos-

DULCE: ¿Estás bien? -preguntó ella, deduciendo que era 
lo más inteligente que se le había ocurrido preguntarle. 
Chris detuvo el auto, estacionándolo en un garaje cerca 
a una cafetería en medio de la autopista-

UCKER: Sí, sí… solo estoy cansado -admitió él, sobándose
los ojos. Había manejado tanto que pensó que se desmayaría
en medio del camino-

Y volvieron a quedarse callados. Chris rompió el hielo por
segunda vez.

UCKER: ¿Te molesta si nos quedamos a dormir aquí por 
hoy? -le preguntó. Quiso mirarla, pero sabía que se distraería
con sus bonitos labios, sus ojos, su nariz… y todo lo que le 
gustaba. Apartó la vista hacia el parabrisas. ¿Cómo es que 
podían estar tan fríos después de a verse dicho que se 
amaban?-

DULCE: No… -negó ella-

UCKER: Ok -abrió la puerta del automóvil e intentó salir-

DULCE: ¿Christopher?

UCKER: ¿Mnh? -dijo con una pierna fuera del auto-

DULCE: ¿Te pasa algo conmigo? -le preguntó. Se miraron de 
nuevo, por unas exuberantes milésimas de segundo-

UCKER: ¿Por qué lo dices?

DULCE: Nada más…

UCKER: Estoy bien -le afirmó. Esta vez si logró salir del auto, 
abrió la parte trasera del auto y sacó la maleta improvisada 
de Dulce. Ella también bajó del auto. De alguna manera se 
había enojado por todo ese maldito berrinche que Chris estaba 
haciendo y ni siquiera sabía por qué. Pero si él no quería hablarle,
entonces ella tampoco lo haría. Tiró la puerta y se adentró a la 
cafetería. Chris siguió sus pasos. Por detrás la vista era mejor aún.
Todavía conservaba sus braguitas y sin nada encima. Solo la 
cazadora de cuero que le cubría hasta los principios del muslo. 
La miró de espaldas caminar… se moría por adherirse a ella y 
acariciar ese bonito trasero que siempre había tenido y que él… 
había probado muchas veces. Se río. Dulce se volteó al escucharlo-

DULCE: ¿Se puede saber de que te ríes?

UCKER: ¿No puedo?

DULCE: Primero estás enojado y ahora te ríes, quién te entiende 
Christopher Uckermann -lo ignoró y continuó su camino. Dentro, 
la cafetería se convirtió en un alboroto. Demasiada testosterona 
para una sola chica en lencería-

Un silbido se escuchó desde las mesas más lejanas.

HOMBRE: Oye guapa… -gritaron desde el fondo- ¿has venido así 
para mi? -y los demás hombres rieron-

HOMBRE2: Hola gatita… -un hombre pasó por su lado, susurrándole
al oído-

Y pudieron seguir gritando más halagos subidos de tono para ella, 
si es que no hubieran visto a Chris detrás de ella. Entró y la tomo 
de las manos, tal vez bruscamente, apartándola de la mirada de 
todos esos hombres. Dulce trató de zafarse, pero él aumentó la 
fuerza en sus brazos.

UCKER: Quiero una habitación -le dijo a la mujer de treinta años que
atendía el lugar. Esta sacó una llave de entre sus bolsillos delanteros
del traje, la extendió-

MUJER: Son treinta dólares, guapo -Dulce soltó una risa exagerada 
al escuchar la voz ronca y masculina de esa mujer. Fue entonces 
cuando se percató que no tenía senos. Maldición, era travesti. 
Chris se incomodó. Y más por que Dulce se reía de la situación. Sacó
de la billetera los treinta dólares que le había pedido-

UCKER: Ahí están -le entregó-

"MUJER": Duerme bien, campeón… -le dijo dándole las llaves mientras 
le sonreía sutilmente-

Dulce lo miró, aguantándose las carcajadas. Chris la miró mal, avanzando
justo detrás de ella hasta la habitación.

Secuestrada Seduceme Vondy IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora