Capitulo 38

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El escritorio empezó a vibrar, en el celular apareció 
la imagen de Dulce sonriendo.

UCKER: Hola… -contestó él. No había hablado con 
ella en todo el día, y aún se encontraba trabajando, 
dejando todo listo para su renuncia debido a la 
mudanza que haría con Dulce. Y no, no quería arreglar
las cosas por una simple llamada telefónica. Prefería 
invitarla a cenar, los dos solos, y así poder hablar 
mejor y después tal vez…

DULCE: Hola. -contestó ella- ¿estás ocupado? -le 
preguntó. No quería decirlo, pero escuchar su voz era 
la mejor satisfacción que podía tener-

UCKER: No para ti, bonita…

DULCE: Bonita… -susurró. En un tono negativo-

UCKER: ¿No puedo decirte así?

DULCE: Aún no hemos hablado…

UCKER: Ok, tienes razón, bonita. -recalcó de nuevo.
Dulce no pudo evitar sonreír- ¿me esperarías unos 
minutos? Termino con esto y…

DULCE: Quería decirte algo -le interrumpió- ¿sabes? 
Annie me ha invitado a una despedida de soltera, de 
una de sus amigas y…

UCKER: ¿Quieres ir?

DULCE: Iré.

UCKER: ¿Qué es una despedida de soltera?

DULCE: Chris, no finjas, lo sabes.

 

UCKER: De veras, no lo sé.

DULCE: Lo sabes…

UCKER: Sí, sí, es cierto. Solo quería seguir hablando 
contigo.

DULCE: Eres tonto…

UCKER: Tú más.

DULCE: No, a ti nadie te gana.

UCKER: ¿Enserio?

DULCE: Sí.

UCKER: Bueno tú eres preciosa. -apretó el celular entre
sus manos. Todo esto lo hacía sentir en el cielo. Atado 
a él. Y sentía que nadie podría bajarlo. Era increíble todo 
lo que sentía por ella. Increíble. Único. Tan especial. Dul
soltó una risa- y en eso nadie te gana.

DULCE: Bueno, ya, ya… iré… Poncho pasará por nosotras 
después…

 

UCKER: ¿Habrán hombres?

DULCE: Que se yo.

UCKER: Ok… -dijo él, frustrado. “¿Hombres?” genial, y 
después de lo pésimo que se había portado anoche, ella 
iría a una despedida de soltera con hombres. Hombres que 
bailarían con ella y que sin duda alguna le coquetearían-

DULCE: ¿Estás ahí?

 

UCKER: Sí, perdón… -tragó saliva-

DULCE: Te veo después…entonces…

 

UCKER: Te esperaré igual.

Dulce sonrió al otro lado de la línea. Se le hacía imposible 
enfadarse con él. Lo tenía todo. Su voz, sus palabras, la 
manera en la que la hacía hacer especial. No podía odiarlo. 
No podía enojarse con él. Lo amaba muchísimo. Era el hombre 
de toda su pu.tísima existencia.

DULCE: Ok, adiós…

 

UCKER: Oye. -le interrumpió él-

DULCE: Dime…

 

UCKER: Te amo, princesa.

Secuestrada Seduceme Vondy IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora