8- secretos y meneos sensuales

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Termino de cepillar mis dientes cuando el móvil comienza a sonar

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Termino de cepillar mis dientes cuando el móvil comienza a sonar. Veo el número y dejo que la llamada vaya a parar al buzón de voz. Cinco segundos más tarde, comienza a sonar de nuevo de manera insistente.

Lo levanto de la tapa con tapiz floreado del váter y atiendo.

-¿Qué?- digo bruscamente al tiempo que salgo del baño.

Alguien bufa al otro lado de la línea.

-¿Qué pasó? ¿Con quién te fuiste?

Me palmeo la frente con indignación.

-¡Creímos que te habías perdido! O secuestrado, no tenías cómo irte Candace María- continua Fleur utilizando mi nombre completo como hace cuando está paranoica.

Trato de encontrar el interruptor de la luz del pasillo a tientas. Derribo el marco de una foto colgada y rezo porque no sea la pintura favorita de Mary, una obra sobre la noche estrellada o algo así.

-Hice de Cupido para que se divirtieran en el parque, no para que me abandonaras ¡Fleur!- digo exasperada sin poder prender la maldita luz.

Bingo, la encontré.

Tomo el cuadro de Mary y lo examino, no tiene un solo rasguño así que me salvo de una inminente muerte artística. Lo vuelvo a colgar mientras escucho la pedorreta de explicaciones y retos-cual madre fastidiosa-que me da mi amiga.

-Fuimos a un café en la ciudad y luego volvimos, te buscamos por todas partes ¡Incluso llamamos a Oliver!- su tono sube cada vez más y estoy a punto de gritarle cuando escucho lo último.

-Alto ahí vieja- chasqueo la lengua- ¿A qué hora llamaste a Oliver? Porque yo me vine con él hace ya muchas horas y nunca me dijo nada.

Miro el reloj sobre la pared. Son más de las dos de la mañana y Oliver se fue hace media hora, tal vez.

-No creo que los horarios coincidan, seguramente cuando tú te fuiste nosotros lo llamamos- se detiene un momento- espera... de todas formas él debió habértelo dicho a menos que...

-Que nada, ya no importa Fleur- interrumpo su hipótesis-debo dormir mañana tengo trabajo.

-Voy para ya ahora mismo, déjame quedarme en tu casa ¿sí?

Me lo pienso un poco pellizcándome el puente de la nariz. Mi padre no ha llegado de su club para ancianos y pasar con Fleur es mejor idea que pasar sola.

-Ven rápido- gruño.

(...)

Despierto extrañamente de buen humor y eso que nos habíamos terminado por acostar a las tres de la mañana. Por el contrario de tener el sol en mis párpados, algunos cabellos de Fleur están dentro de mi boca. Escupo al instante e intento quitarla empujándola, pero solo logro que se estampe contra la pared blanca de mi habitación y yo caigo sobre el tapete con una de sus patadas ninja. No hay persona peor para dormir que ella.

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