Pequeños cambios.

Capítulo 11: Convenciendo a la bestia.

Izuku nunca ha sido más feliz.

Ahora que camina junto a su héroe, yendo a casa junto al símbolo de la paz mientras escucha cómo será su entrenamiento a partir de ahora, su corazón se siente más alegre que nunca, asintiendo con la cabeza a prácticamente todo lo que dice All Might.

— ¿Crees que tus padres estarán de acuerdo con esto? — Es una de las primeras cosas que pregunta el rubio.

Izuku lo duda por unos minutos, es decir, sus padres son un poco... Sobreprotectores. Quieren mantenerlo a salvo todo el tiempo que puedan, evitan que se sienta triste o desorientado y lo hacen feliz en la medida en que han podido hacerlo durante toda su vida, por lo que cree que estarán de acuerdo.

¿Cuántas veces ha escuchado a sus padres decir que harían lo que fuera necesario para mantenerlo feliz? Que si pudieran, cambiarían el destino y las reglas de la naturaleza para ayudarlos, ahora que pueden, aunque no lo saben directamente, seguramente lo dejarán entrenar con All Might, sabiendo que eso lo haría feliz. 

Él sonríe y le dice a All Might con seguridad. — No creo que tengan un problema.

| Una vez en casa |

— Por supuesto que no. — Es la última palabra de Aizawa, cruzando los brazos y negándose a decir nada más.

— ¿Eh? — Los dos rubios y el peliverde lo ven con expresiones combinadas.
Hay un toque de confusión, otro de tristeza y uno más de ira.

Nadie puede entender cómo el pelinegro se negó a cumplir el sueño más grande de su hijo, pero tal vez esa no sea la decisión final.

| Recordando el momento |

— ¿Y quiénes son tus padres, muchacho? — All Might vuelve a preguntarle al chico entusiasta a su lado.

— Son héroes profesionales, como tú, aunque no estoy seguro de que los conozcas.

— ¿Por qué piensas eso? He trabajado con bastantes personas.