Capítulo 15: Lo que el viento susurra...

2.3K 230 121
                                    

La lluvia cae fuerte sobre todo Japón.

De acuerdo, decir que llueve sobre todo el país es una exageración de su parte, pero está un poco harto de tener que ir a la escuela con ese clima, no va a ponerse a pensar en cosas racionales.

Está corriendo con todo lo que sus piernas dan para llegar a tiempo a clase, con un clima así, lo único que quería hacer era quedarse en cama y no moverse, por lo que sus "5 minutos más" se convirtieron en una hora.

Aunque por favor, ¿Quién permite que el primer día de clases sea en un día oscuro y tormentoso? Shouta opina que deberían haber aplazado el día.

Pero quizás no es tan malo, quizás estar completamente mojado de pies a cabeza, con sus cuadernos hechos prácticamente un desastre de hojas mojadas a este punto, no sea tan malo si lo pone en perspectiva...

Y una mierda, su día empieza horrible. 

Si intentara ser positivo, él debería estar alegre por lograr entrar al curso de héroes después de todo, un año en estudios generales había sido demasiado para él, además, estaba en la clase principal lo que técnicamente era otra ventaja. Pero no se va a ir con la tontería de "Tengo que ser positivo" porque ¿Quién quiere pensar en lo bueno de la vida cuando tu día empieza de esa manera? La gente tiene derecho a ser pesimista de vez en cuando, ya sí el quiere serlo casi todo el tiempo, es su problema.

Sin embargo, sus piernas no desisten del ritmo que están llevando y es una fortuna que no le de flojera correr para llegar a tiempo, porque abre la puerta de su clase justo en el momento en el que su profesor dice su nombre. 

Supongo... Que eso cuanta como estar presente en clase. — Aunque la frase podría sonar graciosa, el tono autoritario y seco con el que es soltada, le da a entender que es todo menos una broma. Sin embargo, se pone peor al momento en el que él se queda estático frente a la puerta. — ¿Qué estas esperando? Entra de una vez, y sécate antes de que te enfermes. 

Le da una toalla al momento en el que entra y Shouta se seca el largo cabello negro lo mejor que puede, tratando de ignorar las miradas de sus compañeros clavadas en su persona mientras recorre el camino hacía la única silla que esta libre. 

Es al lado de un chico de cabello rubio que afortunadamente no tiene su mirada clavada tan misteriosamente en él, si, lo esta mirando, pero es más bien la curiosidad la que adorna su expresión.  

Tiene que admitirlo, mientras deja la mochila al lado de su pupitre y sigue secando su cabello, ese chico es... Interesante. Quizás es solo su aspecto lo que logre robar la mirada del pelinegro, pero por el amor de dios ese cabello es imposible de ignorar, ya no solo el peinado, si no que el amarillo canario es realmente llamativo, el color de la miel que ha sido robada del panal más fresco; además de sus lentes, que ocultan el tipo de mirada que le esta ofreciendo en ese momento; su sonrisa es otra cosa que le llama la atención, de alguna manera, es sencilla pero esta llena de alegría. 

Tu día parece haber empezado como la mierda. ¿Eh? 

No es la mejor frase del mundo para decir la primera vez que ves a la persona que se va a casar contigo, pero ninguno de los dos lo sabe en ese momento así que Shouta se limita a arquear una ceja en incomprensión, Hizashi por su parte, esta sudando, definitivamente eso sonaba mejor en su cabeza. 

No tienes idea. — Le responde de todos modos, concentrando su mirada al frente nuevamente, su cabello ya está seco, pero seguir pasando la toalla por las hebras es más un reflejo involuntario ante los leves nervios que están recorriendo su ser en ese momento. 

Hizashi Yamada. — El pelinegro logra ver de reojo como le extienden una mano para que tome, una señal clara de un saludo y una presentación, pero le sigue pareciendo algo... Súbito. — Ese es mi nombre, quiero decir. 

Pequeños cambios.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora