Capitulo 5

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          Pasaron quince días y el clima en la casa seguía igual de espeso. Silvia seguía día a día hablando con Ricardo para intentar convencerlo. Sin embargo, Ricardo continuaba amenazándola con quitarle todo si se le ponía en contra. Marcelo había bajado el rendimiento en el colegio y Paula no emitía voto. Se mantenía neutral. Cuando estaba con Marcelo le mostraba su apoyo pero cuando estaba enfrente a su padre se mostraba imparcial y si Ricardo pedía una opinión, Paula dejaba mostrar apoyo a su padre porque entendía su enojo y su desilusión, pero también intentaba entender a su hermano.

          Marcelo pensaba que la actitud de su hermana era una táctica para convencer a su padre, pero Paula sabía que si defendía libremente a su hermano, iba a recibir las mismas amenazas que Ricardo le hacía a Silvia. Ricardo ya había averiguado en donde iba a estudiar y a "enderezar" a Marcelo. El primario lo iba a terminar en donde estaba en ese momento y la secundaria la iba a realizar en el Colegio María Auxiliadora. Desde aquella tarde, Ricardo y Marcelo no habían vuelto a hablar y cuando Marcelo le decía " Buenos días papá ", Ricardo no contestaba y a veces cuando Marcelo atinaba a darle un beso, el le sacaba la cara y el rostro de Marcelo era invadido por un halo de tristeza. Silvia, mientras tanto, miraba la situación y no decía nada. Marcelo se sentía sólo. Desamparado. Se sentaba a desayunar y bailoteaba la comida con los cubiertos.

          En el Colegio pasó de ser un alumno sobresaliente a bajar las calificaciones. Muchos días ni siquiera llevaba la tarea terminada. Silvia que siempre estuvo tan pendiente de las tareas, ya no lo estaba por miedo a que Ricardo los vea hablando.

          La situación ya no daba para más. Marcelo decidió una tarde no volver a casa luego del Colegio. No quería ir a un Colegio pupilo y deseaba que su padre lo aceptara tal cual era. Con tal solo doce años se iría de la casa para hacer reaccionar a su sumisa madre y a su hipócrita hermana. La noche anterior se armó un bolso con ropa y lo puso junto a su portfolio. Si alguien le preguntaba iba a decir que era para donar a la iglesia, pero nadie se dio cuenta que llevaba más cosas de lo habitual al colegio. 


         Se subió al micro como todos los días y mientras se dirigía al colegio se largó a llorar. No tenía claro a donde iba a parar esos días. Si sabía que a su casa por un tiempo no iba a volver.

DESTINOS CRUZADOSWhere stories live. Discover now