35

420 65 37
                                    


— ¿Hace cuánto llegaste? ¿Esperaste mucho?

Fue lo primero que preguntó una vez estuvieron dentro de su casa. Yohan al entrar, se deshizo de el saco del uniforme para colocarlo perfectamente sobre el sofá, cuidando que no se arrugue.

Cha no dejó pasar por alto ese detalle, sonrió inconscientemente.

— No mucho, saliendo de la escuela vine directo aquí.— respondió con mucha tranquilidad estirando sus extremidades con cansancio.

Junho abrió bien los ojos a la par, miró el reloj colgado en su pared y suspiró apenado.

— Han pasado casi cuatro horas...¿Cómo puedes decir que no es mucho? Pudo pasarte algo estando solo afuera, está zona no es tan...

— Tranquilo, esperé porque sentí necesario hacerlo, hace días que no te veía. Te extrañé mucho, lo dije antes.— interrumpe para soltar una risa al final, demostrando que lo decía en serio y no debía preocuparse. Las mejillas del menor se encendieron.— Oh, y Eunsang me entregó los apuntes de hoy, los traje en su lugar.

Kim saca de su mochila algunas hojas dentro de una carpeta y se los entrega. Agradece tímidamente, ya se sentía una molestia tanto para sus amigos como para el mismo Yohan.

— Gracias, Yohannie.— suelta inconscientemente a lo que se arrepiente al instante tapando su boca con ambas manos. De nuevo el calor subió a sus mejillas y el mayor le mira sorprendido.— L-lo si-siento, quise decir...Gracias Yohan.

— No es nada.— agradece mentalmente que no mencionó nada de lo ocurrido.— Por cierto, ¿Y esa bolsa que traías?— señala la bolsa de plástico sobre la mesa. Chacha camina hacia dicha algo nervioso.

— Acompañé a mi noona de compras.— sonríe inconscientemente recordando a la mayor y al pequeño San.— Son galletas, ¿quieres algunas?

Yohan asiente gustoso caminando a su dirección. Toma el paquete de galletas para sentarse ahora en la mesa de la cocina donde el menor entró.

— Así que, tienes una hermana.— comenta Kim con interés introduciendo una galleta a su boca.

Chacha asiente buscando algo en un cajón, al parecer sacó un papel.

— Es mayor que yo cinco años y vive no tan lejos de aquí con su esposo e hijo, suelo visitarla cuando me siento solo.— dijo sincero tecleando algo en su celular. Finalmente lo guardó y centró su atención en el lindo chico sentado frente suyo.— ¿Por qué preguntas?

— No sé mucho de ti y me gustaría hacerlo, te he causado mucho daño por no conocerte adecuadamente.

— Claro que no, sólo han sido mal entendidos, nunca digas que me haces daño porque no es así.— se apresura a hablar el menor, metiendo a su boca una galleta para esconder su nerviosismo.

— Eres tan lindo.

Chacha hizo una leve reverencia incapaz de hablar, suficiente era que notara el intenso rojo en sus mejillas y orejas.

— ¿Y q-qué tal las cosas en la escuela?

— Es bastante tranquilo ahora, escuché que hablaron con tus amigos de lo sucedido, están buscando a quien lo hizo...es difícil encontrarlo porque no eres para nada problemático, ¿Quién se atrevería a exponer algo tuyo tan personal? Si fuera alguien cercano a mí, imposible que le perdone.— Cha suelta una risita nervioso, pues sabe de quién se trata, él mismo le confesó la verdad.
— ¿Sospechas de alguien?

La pregunta le toma por sorpresa y se permite meditarlo unos segundos pretendiendo no saber antes de responder.

— ¿Yo? Para nada...que yo sepa no tengo problemas con nadie. De todas formas, estoy mejor y lo he superado, debería volver a clases cuanto antes.

notes; junhanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora