capítulo siete parte cuatro

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La chica se sobre saltó :¿y si de un momento a otro desapareciera en la nada?
Narcissus la miraba preocupado.—¿Estás  bien? —le preguntó —.Parece que se te están  saliendo los ojos de sus órbitas.
Viola hizo un esfuerzo para calmarse y él  intentó  tranquilizarla. Se acercó  tanto que la hundió  en la más  confusión  total. —No te preocupes, vamos a resolver juntos  esta situación. Sé  que no me conoces...
Viola pasó  saliva. La cara de Narcissus estaba  a un centímetro  de la suya. —¡Yo sí  te conozco! — exclamó  sin  poder aguantarse—.Leí  todos tus libros, muchas veces. Todos los han leído;  todos te conocen. Y yo, bueno... Viola estuvo a punto de confesarle que se había enamorado perdidamente de él, pero  afortunadamente se contuvo. Ya era bastante incómodo  tenerlo tan cerca.
—¿Ah, sí? entonces, cuéntame  lo que sabes de mí —pareció  rentarla.
—Bueno, tu padre es Lord Norland, trabaja en Scotland Yard y piensa que tu cabello es demasiado largo. Y tu mayordomo se llama Bunter y prepara los huevos  estrellados más  ricos del mundo. Te gusta mucho el pastel de manzana. Y estás  internado  descubrir quién  mató  al anticuario Blackwood. —Se detuvo, sin aliento.

Corazón NegroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora