El Trío De Pentatonix

12 - Las Heridas

Capítulo XII - - Las Heridas (por @PTXtroche)

Cuando llegaron a casa de Scott llamaron a la puerta, pero nadie contestó. Esto extrañó mucho a Kirstie, ya que le habían dicho que iban a estar en casa: sus padres seguramente estaban trabajando, y siempre, o casi siempre, aprovechan esta ocasión para jugar a la consola en la televisión grande del salón...

Kirstie abrió la puerta con su llave y le dijo a Steph que fuese hasta la habitación y les llamase, ya que no estaban en el salón, mientras ella iba al baño.

Steph subió las escaleras y llamó a la puerta de la habitación de Scott; sin esperar autorización abrió la puerta pero tal fue su asombro que, tras soltar un pequeño grito de sorpresa, se fue sin cerrar la puerta, mientras Scott y Mitch se tapaban con una sábana blanca, de su cama.

Scott - ¡Teníamos que cerrar la puerta con llave para que nadie nos hubiese descubierto!

Mitch - Ahora quizás se lo cuente a todo el mundo...

Scott - ¡No! ¡Eso no puede ser! ¡No puede suceder! ¡Tenemos que evitarlo!

Mitch - ¿Y qué quieres hacerle? Si debe ser 10 veces más fuerte que yo... - dijo tristemente.

Scott - Como bien has dicho, que tú. - le respondió con aires de grandeza.

Mitch - Aaaah claro, como él sólo es 3 veces más fuerte que tú ya no pasa nada... - Scott le miró con odio, que se acabó convirtiendo en resignación.

Scott - Sea como sea, no tenemos por qué pegarle, sólo decírselo con buenas palabras.

Mitch - Bueno... Si lo quieres intentar... - se dio por vencido.

Scott - Vístele mientras yo hago mi cama, ya sabes que odio tenerla deshecha.

Mitch - Okiiiis.

Mientras tanto Steph bajaba las escaleras rápidamente cuando, de repente e inesperadamente, tropieza, y baja rodando las por lo menos 12 escaleras restantes, bajo la asustada mirada de Kirstie.

Steph - ¡Auuuuuuuuuuuuuuuuu! - gritó.

Kirstie - ¡Oh dios santo! ¿Estás bien? - preguntó preocupada.

Steph - Perfectamente, no te jode... - dijo sarcásticamente.

Kirstie - ¡A mi me hablas bien!

Mitch y Scott - ¿Qué pasó? ¡Oh...no! ¿Te hiciste mucho daño? - hablaron a la vez.

Steph - Si... Ellos hicieron bien la pregunta. - le recriminó a Kirstie.

Kirstie - Pues ahora te levantas tú. - Y se fue a la cocina, a prepararse un bocata, porque estaba hambrienta.

Mitch y Scott bajaron todas las escaleras hasta donde estaba Steph, y en ese instante Mitch le cogió por el brazo izquierdo y Scott por el derecho, y lo subieron hacia la planta de arriba, donde Steph, dolorido, intentó irse pero no podía caminar ya que estaba sangrando por las rodillas.

Steph - Dejarme ir, y no me toquéis con esas manos, que me dáis asco.

Mitch - Tú sí que me das asco.

Scott - ¡Mitch, cállate! Te llevamos al baño para curarte, que a mi una vez me pasó lo mismo y tuve muchos problemas porque se me infectó y bueno... Eso... ¿No te importa no? Como eres todo un hombre no te quejarás supongo...

Steph - No lo haré. - les dijo resignadamente.

Scott - ¡Ese es nuestro hombretón!

Fueron hasta el baño donde sentaron a Steph en el váter y, mientras Scott cogía el agua osigenada para limpiarle las heridas a Steph, Mitch cerró la puerta con llave. A Steph le daba mal agüero todo lo que estaban haciendo, y se sentía un poco intimidado y no sabía lo que hacer, porque él deseaba escapar o incluso pegarles, pero si lo hacía Kirstie quizás le dejaba... Y él quería a Kirstie... Así que dejó a las cosas suceder...

Mitch - Oye... Nos gustaría que no dijeses nada de lo que estábamos haciendo en la habitación...

Steph - No tengo ningún problema si es eso lo que queréis, pero a mi, por mi parte, me gustaría...

Mitch - ¿Qué te gustaría? - preguntó Mitch, mientras Scott permanecía atento a la conversación, casi sin pestañear, mientras mojaba levemente con auga una gasa.

Steph - Pues que vosotros... - en este momento Scott le limpió la herida de la pierna derecha, y Steph lloró, pero intentaba disimularlo, para no aparentar debilidad. De pronto la sangre que brotaba de su rodilla adoptó un vivo color amarillento, en vez de su rojo habitual, hasta dejar de salir.

Scott retrocedió un paso, consciente de que empezaba a invadirle una sensación agradablemente familiar: la tranquila e intermitente respiración de Steph que daba a parar al sensible cuello de Scott; que le recordaba al vestuario del club de Waterpolo. Se empezó a poner nervioso y a acelerársele el ritmo nervioso, y se aproximó a la puerta, casi a puntos de desmayarse, pero controló la situación sin que los demás apenas se diesen cuenta.

Steph - Me gustaría que habláseis bien de mi a Kirstie. Y no os preocupéis, no diré a nadie que estábais haciendo un esqueleto chupiguay con un líquido asqueroso que ganará casi seguro el concurso de ciencias... Pero la próxima vez no lo tapéis con una sábana casi transparente, que se va a ver igual.

Mitch - ¡Jaja! Tendremos en cuenta el consejo.