"For Hope"
El joven con menudo cuerpo y rasgos marchitos en su delgado rostro corría lo más rápido que sus débiles y golpeadas piernas podían. Aún con su corazón destrozado en pequeñas partes hacía su mayor esfuerzo por alejarse de esa casa que tantos secretos y sufrimientos guardaba en su interior pero más que eso, aún resguardaba en ella el tesoro más importante de su vida.
Tras mucho daño y dolor él había decidido buscar una solución por cuenta propia a ese calvario, pues no podía permitir que por su culpa lo único que le quedaba en la vida continuara sufriendo.
Tomó esa decisión una noche antes. Lo hizo en secreto, lo que sería su único secreto. Una decisión que quizás para muchos sería egoísta ya que no tendrían la posibilidad de una despedida digna o de compartir un abrazo más, sin embargo él se lo tenía que ocultar por su bien y porque sabía que su hermano pequeño no le permitiría consumar su sacrificio de amor. Poco después que aquel se durmió, él buscó dos trozos de papel y un lápiz viejo para hacer dos pequeñas notas que llevaría consigo hasta que todo acabase. Talvez la persona que encontrara su cuerpo las hayase y cumpliera su último deseo.
Sacrificarse era la única forma para poder librarse de tanto dolor y sufrimiento, además de ayudarlo a él a que fuera libre también, para que pudiera tener una vida. Quizás la solución tomaría mucho tiempo en llegar o sería rápido, talvez su plan no daría resultado, él no lo sabía pero tenía que arriesgarse, ganaba más haciéndolo que quedándose de brazos cruzados.
Por eso aquella última noche, antes de dejarlo dormir abrazó a su hermano como si no hubiera mañana y es que en realidad para él ya no lo habría, ni siquiera podría ver un atardecer más, pero por conseguir la felicidad y la paz del ser entre sus brazos era capaz de eso y muchas cosas más. Depositó un beso en su coronilla y lo dejó descansar en el pequeño catre que compartían en el sótano de la vieja y destruida casa.
¿Qué si no habían otras alternativas?
Claro que las buscaron pero las autoridades del pueblo donde vivían nunca les creyeron, los demás habitantes siempre tenían la voz de la razón pues ganaban por mayoría en sus testimonios y los de ellos quedaban en la nada. Los malos augurios y las supersticiones parecían dominar las mentes de todos los que ahí habitaban. No sé permitían ver la bondad y los dones mismos más allá de la religión.
A los demás ni siquiera les importó ser los causantes de la muerte de la madre de ese par de niños que quedaban indefensos, más bien agradecieron a Dios por haberlos librado de su presencia. Llegaron al punto de reírse y disfrutar de las lágrimas que se surcaban en los rostros de ambos jóvenes.
Él veía todo aquello y a pesar de que su hermano trataba de ser fuerte para apoyarlo sabía como se sentía exactamente, pues en su pecho corría el mismo dolor. Nadie merecía vivir de esa manera, mucho menos su hermanito pequeño.
Por tal razón su única salida era esa, tenía puesta toda su fe en que iba a resultar.
Sus piernas y pies ya dolían, sus rodillas ardían por las varias veces que había caído producto de las piedras que lanzaban en su contra.
Su corazón latía con un ritmo frenético y desesperado. Todos sus sentidos estaban alterados escuchando aquellas palabras.
—¡Brujos! ¡Son unos engendros! ¡No debieron haber nacido!
Parecían más ladridos que gritos los que proferían las personas que lo seguían sin darle tregua.
—¡Son una aberración! ¡Escorias! ¡Deben tener el mismo destino que la perra que los parió!
Esas palabras le herían, lastimaban su alma y estrujaban más su corazón. No era la primera vez que las escuchaba y quería detenerse a gritarles que eso era falso, quería tratar de explicarles una vez más como eran las cosas realmente pero faltaba tan poco que no podía permitir dejarse vencer antes de llegar a su destino.
En el momento en que divisó la carretera de concreto gris que lo separaba el pueblo de la ciudad sintió tanto alivio, pero a la misma vez sintió mucho miedo. Aquel que los ha perseguido y acompañado por tanto tiempo cual tormento, acechando desde las penumbras. Apenas le faltaban unos cuantos pasos cuando éste cruel enemigo invisible lo envolvió entre sus brazos y petrificó su cuerpo, se quedó estático en su sitio cerca de aquella división de cemento que nunca antes se atrevieron a cruzar.
Pronto su cuerpo sintió como muchas manos lo tocaron y comenzó a ser ultrajado. Golpes, jalones, insultos, escupitajos y más golpes.
—Te amo hermano... —dijo suavemente.
El joven dejó escapar un último susurro poco antes que su alma abandonara aquel escuálido cuerpo. Sus ojos tristes y cansados se cerraron para siempre, pero en su pecho la esperanza se mantuvo candente hasta el latido final que su corazón dio.
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𝐖𝐎𝐍𝐃𝐄𝐑𝐖𝐀𝐋𝐋 ➛Frerard
Mystery / ThrillerFrank Iero es un joven violinista, ciego desde una temprana edad. Una tarde recibe una llamada que cambiará el ritmo de su vida. Sucesos extraños comienzan a suceder después de su recuperación sin embargo no todo es malo, logra encontrar después de...