Capítulo 20.- "Cine y Balas"

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El sol favorecía el día. El ambiente era agradable para la joven que miraba con temor las entradas de la función al cine.

–Parece que no seleccione una película adecuada.

–No. Está bien. Compremos palomitas.

>>¡Joder! Yo de ayer ¡Te odio!<< temiéndole a las películas de terror, apenas compraron las palomitas, Mariana olvido el problema, emocionándose por comprar comida de más.

–¿Segura comerá todo eso?

–Tengo un cine en casa, pero me emociona hacerlo en otro lugar. La comida también debe ser disfrutada –de forma infantil, se encamino hasta la sala de cine, entregando los boletos mientras Marco llevaba la comida.

Acomodando las charolas en los respectivos asientos, Mariana comenzó a beber el refresco observando el entorno.

–En casa, el cuarto no es tan amplio. Únicamente Mimí y Esteban me acompañan en raras ocasiones. Cuando Alex quiere hacerme compañía Esteban huye del lugar. Bueno es la fórmula del amor.

–Se refiere a Alex Beltrán, el número uno en el rango.

–Sí. Esteban le cuesta admitir que ama a esa persona. El chico es tímido –bromeo–. Pero la verdad es que Alex es quien lo ama más –suspiro con tono romántico–. A veces los envidio. Pueden amarse de la manera más apasionada.

–A simple vista Esteban parece un chico tranquilo, comprometido con su trabajo. No pensé que podía tener una novia. O al menos, verlo envuelto en ese tipo de relación.

–Y eso que no conoces a Alex. Siempre lo persigue. Pero es mejor que nunca lo conozcas. Si eso ocurre, más vale que sea de un modo amigable. De lo contrario, nunca le digas que abandonamos en México a Esteban. Si lo descubre, llévame contigo –suplico Mariana.

Riendo el mayor, iniciaron los trailers de películas, dando apertura a la película.

En el transcurso de la película, Mariana no dejaba de abrazar el cubro con palomitas, devorándolas una tras otras en la tensión del clímax de la escena. Cuando la comida desapareció, busco refugió en el brazo de Marco, quien noto de inmediato el miedo que le causaba la cinta cinematográfica.

>>Le teme a la sangre pero soporta verla en una pantalla. Sin duda, también es un miedosa<< sonriendo a gusto, le dio unas palmaditas en la coronilla de la cabeza tratando de tranquilizarla.

Tras un susto causado por película y el grito de la audiencia de la sala, Mariana ahogo un grito ocultando el rostro en el brazo de Marco, sujetándolo con fuerte.

–Tranquila. Estoy aquí –calmándola, le dio valentía para mirar la pantalla

Luego de una hora, la película dio por finalizada, decidiendo Mariana quedarse hasta la escena post-créditos.

–Pensé que tenías miedo ¿segura quieres esperar esa escena?

–Si dio miedo. Pero quiero saber si tiene esa escena.

Recostándose en el brazo de Marco, miraron juntos los créditos, sintiéndose en calma el uno con el otro.

Recostándose en el brazo de Marco, miraron juntos los créditos, sintiéndose en calma el uno con el otro

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