Capítulo 1

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Luis

Voy de camino tranquilamente a coger el autobús, vivo prácticamente al lado aunque más de una vez he estado apunto de perderlo por quedarme más tiempo del adecuado en la cama. Busco un asiento libre después de haberme costado sudores y lágrimas entrar al vehículo. Los adolescentes a primera hora no tienen compasión con nadie. Encuentro un sitio al principio, me siento y me relajo escuchando mi música. Por las mañanas siempre estoy solo porque ninguno de mis amigos vive al lado, pero ya me he acostumbrado, llevo ya casi cuatro años solo por las mañanas.

Llego al instituto y me dirijo directamente a mi aula ya que no tengo taquilla. Cuando llego sólo hay tres personas con las cuales no hablo así que me entretengo con mi teléfono. Alguien toca mi hombro y ese es Jesús, un amigo de toda la vida, uno de los pocos que conservo del colegio. Hablamos sobre cómo se quedó ayer hasta las cuatro de la mañana jugando al Fornite y yo me parto de risa cuando me dice que su madre le ha estado dando de ostias esta mañana por quedarse dormido. Cuando la profesora llega nos sentamos en tercera fila y esperamos a Julia y a Carlos, que siempre llegan tarde. Nos saludan cuando entran y nos pasamos sentados las siguientes tres horas.

En el recreo Carlos y yo nos vamos a la biblioteca para terminar los deberes de economía que no hemos hecho ninguno de los dos, Carlos se los ha cogido a Julia pero yo prefiero hacerlos yo mismo porque el examen es dentro de tres días, el viernes, y en primero de Bachillerato no se andan con tonterías. Terminamos rápido ya que eran solo un par de ejercicios.

Al llegar a casa mi padre y mi hermano mayor Héctor están haciendo la comida y poniendo la mesa. Cuando llego los ayudo y comemos los tres juntos. Mi madre murió hace dos años en un accidente de coche y desde entonces ninguno es capaz de ocupar su sitio en la mesa, si viene alguien ponemos incluso otra silla. Creo que esa es la razón por la que se han tomado tan bien mi salida del armario del año pasado, por que mi madre fue la primera en saberlo. 

Termino de comer y voy a mi cama a estar con el teléfono y cuando he vagueado lo suficiente me pongo a estudiar economía y a hacer deberes. Mientras meriendo veo Netflix pero paro la serie cuando mi móvil parece estar a punto de estallar de tantos mensajes. Al parecer Gabriel, un chico muy majo de mi clase de matemáticas, celebra su cumpleaños este fin de semana en su casa. Prácticamente ha invitado a todo el curso. 

-Papá, un amigo va a celebrar su cumple éste sábado, ¿me llevas?-le pregunto a mi padre cuando aparece por el salón.

-¿Tienes que llevar regalo? Sabes que de dinero andamos regular Luis.-mi padre trabaja muchas horas en una empresa y le pagan una miseria.

-No te preocupes, solo será un detalle.-le aseguro, así que le digo a mis amigos que mi padre nos puede llevar a la fiesta. A él no le he comentado que muchos van a llevar alcohol, aunque no creo que se sorprenda.

El viernes todos están hablando de la fiesta de mañana, miento si digo que no estoy emocionado ya que va a ser mi primera fiesta oficial. A veces pienso que soy demasiado raro para ser un adolescente ya que no pienso beber. No es por nada, es que mi padre y mi hermano ya me han dado de probar alguna vez una bebida alcohólica y he acabado escupiendo todo en el fregadero.

Hago el examen de economía y me sale muy bien. Como es última hora voy a las taquillas para hablar un rato con Julia. Me la encuentro hablando con Gabriel, el chico de la fiesta. Ella me dijo que le gustaba mucho, y la verdad es que el chico es mono. Él se despide de Julia con un beso en la mejilla y veo como ella se pone roja con un tomate. 

-Nos vemos mañana.-le sonríe y al darse la vuelta me ve.-A ti también Luis, adiós.

Cuando Gabriel desaparece me echo a reír y al final se me une Julia. De vuelta a casa me da por recordar aquella vez en la que pensé que me gustaba Julia y estuvimos saliendo por dos meses. Después nos dimos cuenta que no nos gustaba ni besarnos ni darnos de la mano. También fue la época en la que ya iba aceptando cada vez más que las chicas no me molaban.

Al día siguiente me paso toda la mañana en la cama con el móvil y el ordenador. Ya por la tarde me voy preparando para la fiesta. Después de ducharme y cambiarme mi padre y yo vamos a recoger a Jesús, a Julia y a Carlos. Cuando estamos todos en el coche vamos de camino a la fiesta y mi padre nos deja en la esquina. Nos despedimos y vamos en dirección a casa de Gabriel. Llamamos al timbre y él nos abre la puerta. Nos sonríe a todos aunque no quita los ojos de Julia.

-Hola chicos, ¿preparados para la fiesta?

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Voy a publicar todos los sábados un nuevo capítulo, espero que os guste. 

Solo un besoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora