Capítulo 3

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Luis

Cuando llegamos a la fiesta de Gabriel nos encontramos a todo nuestro curso pasándoselo bien. Me alegra mucho verlos a todos juntos ya que sólo nos quedan dos años y después se separarán nuestros caminos. Además, en una semana empezamos trimestrales antes de navidad así que nos viene bien despejarnos y estar con los amigos.

Paso el rato bailando con Julia dándolo todo en la pista de baile. Jesús y Carlos se han ido a tomarse una cerveza con el grupo de Gabriel. Mi amiga me comenta lo bueno que está el cumpleañero aunque no puedo evitar fijarme en Germán. Para mí es el chico más guapo del instituto. Además, gracias a él me di cuenta de que me gustaban los chicos. Estábamos en el colegio. Fue también en mi primer día en un colegio nuevo donde no conocía a nadie y él fue el primero en acercarse a mí y presentarse. A mi padre le habían trasladado y yo nunca había sido el niño nuevo. Germán me presentó a todos sus amigos y fuimos inseparables durante toda la primaria. Cuando entramos en el instituto nos dimos cuenta de que éramos demasiado diferentes para estar en el mismo grupo de amigos así que nos distanciamos poco a poco.

Al rato nos cansamos de bailar así que nos unimos a Carlos y a Jesús, los cuales están jugando al futbolín.

-Joder Julia, tienes que disimular más cuando mires a Gabriel, ¿eh?-Carlos se ríe de ella porque no ha parado de mirarlo en toda la noche. Me da un poco de pena mi amigo porque nos confesó a mí y a Jesús que le gustaba. Bueno, en verdad se lo preguntamos porque de un momento a otro no paraba de chincharla y de hacerle bromas.

-Vete a la mierda.-de repente Julia se pone muy roja y a todos nos entra la risa.

Después de dos derrotas consecutivas nos cansamos y salimos al patio trasero a beber en el césped. Bueno, yo me he cogido un Nestea y los demás una cerveza.

-Joder no sé como Gabriel conoce a tantas tías buenas.-comenta Jesús mientras se queda mirando a un grupo de chicas de segundo de Bachiller hablando y riéndose.

-¿A que sí? Y va y se fija en ti, Julia.-Carlos empieza a reír aunque nadie más se ríe. Julia se levanta y se va dentro. Cuando está dolida prefiere estar sola así que ni Jesús ni yo la seguimos.

-Tío, mira que eres tonto. Y bien sabes que ese tipo de comentarios le afectan mucho, y normal. A ella y a cualquiera. Macho, tienes que tener más cuidado.-a Jesús se le nota muy enfadado.-Y encima quieres que salga contigo, pues así la llevas clara.

La cara de Carlos es un poema. Se le nota avergonzado.

-Joder, lo siento. Era una broma, no pensé que le sentaría tan mal.-me mira a mí para no ver la cara de enfado de Jesús.-Enserio que no quería.

-Solo la próxima vez piensa antes de hablar. Y ve a disculparte.-le aconsejé.

Carlos se va en busca de Julia y Jesús y yo nos quedamos hablando de nuestras cosas. Carla, su hermana pequeña, hace un mes que le diagnosticaron cáncer. El lado positivo es que se lo han encontrado a tiempo y lo más probable es que todo salga bien sin ningún problema. Últimamente a Jesús lo noto muy preocupado así que una de las razones por las que me alegro de haber venido es que se puede despejar un poco de todo.

Cuando empieza a hacer frío entramos a la casa y vemos a Carlos y Julia hablando acaloradamente, como si estuvieran peleando. Aunque un rato después se abrazan fuertemente. Me fijo en que Gabriel los está observando mucho.

De repente, Jose, un chico de mi clase de francés, levanta su brazo sosteniendo una botella y grita:

-¡Chavales vamos a jugar al juego de la botella!

Como muchos ya se han ido no quedamos tantos así que se puede jugar cómodamente. Cuando Jesús y yo vamos a sentarnos, escucho a unos de segundo diciendo:

-Mira al marica, seguro quiere que le den a cuatro.-Jesús los oye y se gira muy enfadado hacia ellos. Le cojo del brazo antes de que pueda hacer nada, mentiría si dijera que no me afecta pero intento aparentar que no me importa.

-¿Estás bien?-me pregunta Jesús cuando ya nos hemos sentado. Yo simplemente me encojo de hombros.

Solo un besoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora