Flares | Nammin

Chocolate

Jimin.

Jimin había dejado de estar solo desde la primera vez que sostuvo a Yeonjun en sus brazos,  entonces su mundo se redujo a su hijo.

Jimin supo, desde el momento en que su hijo se acurrucó contra él y le dedico aquella primera mirada, que haría todo por él, que moriría por él, que se enfrentaría a cualquiera por él, que estaría dispuesto a renunciar a su vida, a renunciar a su apellido y a su familia, a todo, por él.

Para un Jimin que quedó solo, lo único que puede proteger es a su hijo, y es por eso que lo primero que hace al despertar en aquella cama de hospital, es buscarlo.

Le duele la cabeza y le pesa el cuerpo, quiere cerrar los ojos para darse un momento y poder recuperarse, pero ahora que está despierto y es consciente de que su hijo no está cerca no puede hacerlo.

Jimin apenas puede escuchar a alguien (un doctor, seguramente) diciéndole que no puede pararse ahora mismo, diciéndole lo peligroso que es quitarse la intravenosa por su cuenta, lo débil que está y el reposo que tiene que tener.

Jimin no se escucha cuando lo manda al diablo, pero sabe que lo hace, porque el doctor (que tiene una bata y está a lado de un par de enfermeros) lo mira incrédulo, pero Jimin le advierte que se quitará esa intravenosa y recorrerá todo el hospital hasta tener a su hijo en brazos.

—Ni siquiera pienses en sedarme —se escucha gruñir Jimin, apuntándole con un dedo al sujeto—, romperé todo antes de que puedas ponerme las manos encima, así que lo que vas a hacer es ir por mis padres, y hacer que suban a mi hijo conmigo.

Le duele la cabeza y el cuerpo le pesa, y Dios, quiere dormir, pero necesita a su hijo con él, porque no estará seguro con nadie más.

Namjoon

Namjoon nunca había sido una persona que se dejara llevar por su lobo con facilidad. Su padre se había encargado de enseñarle que alguien que no puede controlar esa parte salvaje no es alguien competente para liderar una manada.

Lo había manejado bien, no cedía a sus instintos más bajos con facilidad, pero ahí estaba, queriendo golpear a varias personas y gruñir por diferentes motivos.

Nadie podría haber previsto que Jimin se desmayaría, pero definitivamente aquello no hubiera sucedido si el imbécil de Hyungsik no hubiera hecho una escena malinterpretando todo; Namjoon era la primera persona que quería lejos a Seung de Jimin, pero parecía ser también la primera persona que recordaba que aquello no era tan simple, porque a pesar de todo Jimin seguía llevando en su cuello la marca de aquel alfa, y en sus brazos cargaba un hijo que no sólo le pertenecía al omega, y sabía que Jimin no podía regresar con esa basura de alfa, y todo aquello implicaba un procedimiento legal, implicaba papeleo y llamadas y asistir a una audiencia con el consejo, y sabía que la familia estaba ocupada haciendo una ridícula bienvenida, y sabía que todos estaban conmocionados de haberlo encontrado, (o de que el decidiera regresar) y por eso él se estaba encargando de llevar el asunto de la separación, dándoles su tiempo. No quería que Jimin se preocupara más de lo necesario, quería que Jimin se recuperara, que no hiciera más que ver por su salud, pero bien, aquello no había funcionado.

Y después estaban los padres de Jimin. Los apreciaba, de verdad, después de todo le habían hecho un espacio en su manada durante aquellos años, sabía que lo querían, tanto que ni siquiera les importaba que Namjoon fuera quien se encargara de varios asuntos, sabía que lo veían como parte de ellos. Namjoon los apreciaba, pero tenía que ser ciego para no ver cómo estaban actuando con Yeonjun.