Flares | Nammin

De almas gemelas y leyes inexistentes

Jimin no había podido dormir.

Lo había intentado todo, de verdad, pero cada vez que cerraba los ojos había pequeños fragmentos de recuerdos desagradables que le hacían abrir los ojos y cuestionarse qué estaba haciendo ahí.

¿Qué estaba haciendo bajo el mismo techo con las personas que lo entregaron a un alfa tan despreciable como era Seung? ¿Qué hacía bajo el mismo techo con la persona que lo rechazó como compañero?

Y la respuesta le llegaba sin tardar, abriéndole los ojos como si lo hubiera olvidado; cierto, porque estoy muriéndome.

Pero Jimin no podía simplemente fingir que estaba bien.

Y no es que culpara a sus padres, porque después de seis años lejos pensando tanto sobre ello, sabe que no había otra alternativa, porque era un omega, y las opciones para omegas se limitan a nada, así que no puede simplemente señalar a sus padres como seres crueles por comprometerlo con una persona como Seung cuando únicamente querían darle una vida estable a lado de un alfa que se veía demasiado comprometedor. Y tampoco quiere culpar a Namjoon por rechazarlo, porque no tiene ningún derecho de hacerlo, porque no está puesto en ninguna ley que las parejas destinadas deben de estar juntas y aunque estuviera escrito, el hecho de que Namjoon no quiso compartir unión con él es respetable.

¿Cuántas historias no había oído sobre destinados que se rechazan? Bueno, Jimin nunca había creído que las almas gemelas existían en primer lugar, así que antes del rechazo de Namjoon nunca se había interesado por el tema, pero no importa, porque seguramente habrá parejas destinadas que decidieron no ser parejas, ¿verdad?

Y aún así es difícil para Jimin no hacerlo, no guardarles un poco de rencor.

Es porque soy un mal hijo, piensa Jimin en algún punto de la noche, cuando vuelve a despertar por otra pesadilla y es incapaz volver a cerrar los ojos, es porque soy un mal hijo y un pésimo omega.

Pero ¿es que no es razonable? Jimin apenas tenía diecisiete años cuando tuvo que decir "acepto" en aquella capilla en la playa y apenas unos meses más cuando, en medio de lloriqueos y quejidos, tuvo que enseñar su cuello para ser marcado, y más tarde tuvo que tragarse las quejas y tiempo después a aprender a esconder golpes con maquillaje. Y aquello era por Seung, Jimin sabe que si tiene que señalar a alguien es a él, no a sus padres, que nunca habrían pensado que aquello podría pasar, porque si lo hubieran sospechado entonces jamás le habían entregado a su hijo a una persona así, ¿verdad?

Pero aún puede recordar perfectamente cuando les pidió ayuda, cuando se cansó y la situación lo sobrepasó, cuando sus padres sí tenían la opción de ayudarlo, aún puede recordar las palabras saliendo de su boca con la ansiedad en cada silaba y la derrota en cada frase.

"Ya no puedo soportarlo, mamá, por favor... "

Jimin no culpa a sus padres de aquel matrimonio, porque lo hicieron actuando como padres, porque afuera de su manada sus limitaciones serían más grandes, porque Seung les prometió joyas y lujos y una vida tan grande y comprometedora, y todo aquello sonaba tan bonito, tanto que incluso Jimin creyó que...

¿Pero qué clase de padres le dan la espalda a su hijo cuando les pide ayuda?

Y Namjoon...

¿Acaso no podía quedarse en su manada, lejos, como siempre?

Tenerlo ahí era un breve recordatorio de todo aquello que había intentado olvidar con tanto esmero. ¿Y qué carajos hacía ahí de todos modos? Su padre nunca había sido unido con ninguno de sus socios, además Namjoon parecía tener la suficiente confianza (o lazos y acuerdos) como para haber podido entrar con ellos a la oficina de su padre. De todas formas, sabe que no le incumbe, y no lo pregunta, porque no tiene ningún derecho de hacerlo.