Namjoon
Namjoon entiende la actitud de la madre de Jimin.
Después de todo, Hye había organizado la cena de bienvenida más grande de la historia, que constaba de un enorme ciervo —cortesía de Namjoon—, dos pasteles enormes y un montón de aperitivos más. La llegada de Jimin le había hecho una ilusión enorme y esperaba celebrarla de la forma más grande y ostentosa que pudiera, sin embargo, en lugar de encontrarse en su casa, celebrando, estaba ahí, en una tienda para hacer pasteles, aún cuando ya había dos recién horneados esperando en casa.
Namjoon entendía que no estuviera feliz en absoluto, pero, ¿tenía que demostrarlo con Yeonjun?
—Cariño, no pongas tantas fresas, terminará sin saber a nada.
Habían llegado hace un par de horas, y en cuanto entró supo que había sido una buena idea, porque la tienda era más sorprendente que las fotos que salían en las reseñas del lugar.
A Yeonjun le brillaban los ojos y Namjoon sintió que no importaba cuántas miradas asesinas le mandara Hyungsik ni cuantos comentarios poco amigables hiciera la madre de Jimin, porque eso le parecía un precio menor que pagar para poder hacer feliz al pequeño alfa.
Namjoon no había dejado de pensar en las palabras que Yoongi le había dicho. Estaba preocupado por Jimin y todo lo que él significaba: su estado anímico, el hecho que se había fugado con su hijo, la inminente llegada de problemas que traía "Seung" como nombre, el lobo de Jimin, los acuerdos entre manadas que se verían afectados por lo que estaba sucediendo ahí. Era tanto que Namjoon quería salir corriendo, no a alejarse de ellos, por los dioses, ahora que Jimin había regresado Namjoon no pensaba volver a alejarse, sino a arreglar todo los que pudiera arreglar. Pero Yoongi le había dicho que lo que necesitaba ahora era mostrarle a Jimin que estaba de su lado, Seokjin le había dicho que si no era capaz de demostrarle al omega que escogerlo no era la idea más estúpida de su vida entonces no lo merecía.
Y Namjoon quería poder merecerlo, y si eso significaba darle toda la tranquilidad que podía, entonces lo haría.
La madre de Hye, sin embargo, parecía totalmente diferente en cuanto a los sentimientos que le provocaba Yeonjun.
Mientras él veía a un pequeño alfa nervioso e inseguro que necesitaba de una gran dosis de atención y cuidado, Namjoon estaba seguro de que Hye Park no congeniaba con los mismos sentimientos.
—Mamá, déjalo, apuesto a que le gustará a Jimin —dijo Hyungsik, cansado.
Namjoon y Hyungsik se odiaban. Bueno, Namjoon realmente nunca le había dado el peso suficiente a su mala relación como para llegar al odio, además de que era el hermano de Jimin, y Namjoon sabía que Hyungsik podía ser un imbécil (sí, todavía estaba resentido por el golpe del día anterior y la escena que había armado por abrir la boca soltando estupideces) (le había devuelto el golpe, pero aquello era pequeño en comparación a la paliza que hubiera querido darle, la paliza que se merecía por crear aquella situación), pero Namjoon podía soportarlo, porque Jimin lo amaba, y Hyungsik no era un imbécil con su hermano menor, además entendía el disgusto de Hyungsik hacia él, probablemente a sus ojos Namjoon era sólo un alfa buscando aprovecharse de la manada Park, que se encontraba en su peor momento. Namjoon desearía que Hyungsik no fuera tan imbécil como para sólo actuar como un niño haciendo una rabieta, pero de todas formas no hacía nada para que dejara de verlo como un oportunista.
Además, puede que tuviera razón, puede —y no es que esté admitiendo nada—, que Namjoon hubiera ayudado a la manada Park por beneficio propio.
—Jimin terminará sin gusto ante tanta azúcar, Hyungsik. Yeon, cariño, no pongas más chocolate.
Sin embargo, gracias a Yeonjun ahora tenían una tregua silenciosa.
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Flares | Nammin
FanficNamjoon y Jimin son parejas destinadas, Namjoon lo rechazó, y ahora 5 años después se vuelven a ver, y no hay nada diferente en el alfa, cambios físicos meramente, Jimin en cambio tiene una marca en su cuello y un niño en brazos. o en donde Jimin ti...