Capitulo Seis

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William bailaba con Shelby. Diablos, estaba teniendo el mejor momento de su vida. No había nadie aquí para decirle que no podía hacer algo. Y lo más extraño fue, que incluso Louis parecía más relajado una vez que estuvieron aquí.

Levantó la vista hacia la sala encima del bar y vio a Louis y Harry hablando. William se preguntó si podría hablar con Harry de la misma forma en que el Príncipe había hablado con él. «Mírame».

Se sorprendió cuando la cabeza de Harry dio la vuelta y sus ojos estuvieron fijos en William. «Muéstrame». Una sonrisa se formó en la cara de Harry.

William había estado observando la forma en que la gente bailaba. Empezó a girar sus caderas y su cuerpo cobró vida. Sus manos rozaban su cabello, levantándolo y dejándolo caer poco a poco mientras hacía todo lo posible para bailar seductoramente para el Príncipe.

¿Por qué no podían él y Louis ser como los lobos? William sentía envidia de los miembros de la manada que ya habían encontrado a sus parejas. ¿Podría tener a dos? Si pudiera, rezaba porque fueran Harry y Louis. No sería justo si no pudiera tenerlos a los dos.

«Baila para mí, cervatillo».

Los labios de William se entreabrieron mientras cerraba sus párpados dejando una mínima rendija en ellos. «Estoy bailando para ti». Podía sentir el pulso de la música vibrar, a través de él.

Era como si la música estuviera en su interior, por lo que su cuerpo se movía a un ritmo destinado sólo a los dos hombres que lo miraban desde el segundo nivel.

Y Louis estaba viéndolo. Sus ojos ardían de deseo. William se preguntó si alguna vez Louis haría algo con respecto al deseo que sentía por él.

―Nunca había bailado con un Príncipe antes ―dijo Shelby, mientras bailaba alrededor de William―. Me hace sentir especial.

William apartó la vista de los hombres por encima de él y la centró en el hombre que estaba a su lado. ―¿De qué me estás hablando?

―Tú, tonto. Eres un Príncipe.

William dejó de bailar y miró al chico. A él le gustaba Shelby. Era divertido tener al hombre cerca, pero parecía que estaba loco también. ―No soy un Príncipe.

Shelby también dejó de bailar y ladeó la cabeza. ―Pero, el Príncipe Harry nos anunció a todos que eras su pareja y que no teníamos permitido beber de ti.

William azotó la cabeza en dirección a los dos hombres sentados en el segundo nivel. ¿Podría ser verdad? ¿Eran Harry y Louis sus parejas? ¿Por qué ellos no le dijeron eso?

―¿No lo sabias? ―Shelby le preguntó en voz baja―. Oh, demonios. Estoy en un gran problema ahora.

William fue vagamente consciente de que Shelby había salido corriendo. Pasó por alto su huida ya que se quedó mirando fijamente a los dos hombres. La cabeza de Harry lentamente se volvió hacia él, y sus ojos brillaban con gozo mientras miraba a William.

«¿Es eso cierto?».

«¿Qué es cierto, cervatillo?».

«¿Que soy tu pareja?»

«Ven aquí, William. Tenemos que hablar».

Debería sentirse feliz. ¿Acaso no era eso lo que estaba deseando? Un pensamiento lo golpeó y comenzó a entrar en pánico. ¿Qué pasaría si él fuera el único? ¿Qué pasaría si no era pareja también de Louis y Harry lo alejaba de él con el paso del tiempo? Eso dejaría a su amigo devastado. Louis ya había tenido que pasar por mucho.

William no podía soportar la idea de que Louis no hiciera parte de esto. William cambió de parecer en el último segundo. En lugar de subir por las escaleras, fue en dirección hacia los cuartos oscuros. No podría enfrentar a su amigo si el Príncipe le dijera que él era su pareja y Louis no.

LA AMENAZA DE HARRY| Larry Stylinson| AdaptadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora