Capitulo Siete

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Louis se despertó sobresaltado. No solía despertarse en la cama de otra persona. Y definitivamente no solía sentir a nadie entre sus brazos.

Abrió rápidamente los ojos para ver a William dormido, acurrucado contra él. Louis nunca pensó que vería este día. No podía decir que no estaba feliz, porque estaba extasiado. Pero estaba preocupado de que William lo mirara de manera diferente ahora.

Louis sólo quería mantener a William en sus brazos todo el tiempo que pudiera. Algo así como por siempre. Él había sido el más dulce amante que Louis hubiera llevado a la cama. Contuvo el aliento cuando William finalmente abrió los ojos.

Estos brillaban con placer. ―Buenos días.

Louis dejó escapar el aliento mientras pasaba las manos por entre el sedoso cabello de William, sintiendo a su corazón corriendo fuera de control ante la etérea vista. ―Hola.

William sonrió, se estiró, y luego salió de la cama. Louis vio su cuerpo desnudo caminar hasta el baño. Lo había hecho. Finalmente había tenido a William. Sentía ganas de reír, gritar, y batir sus brazos en el aire ante lo glorioso de eso.

Y William no estaba molestó por lo que había sucedido como Louis había temido durante tanto tiempo.

―¿Necesitas desayunar?

Louis miró sobre su hombro para ver a Harry en las sombras. Se acordó de hace dos noches, de la forma tan ruda en que había tomado a Harry. La culpa comenzó a arrastrarse por su conciencia por la forma en que había tratado al Príncipe.

―No lo hagas. Disfruté cada minuto de eso ―le aseguró Harry mientras cruzaba la habitación. Louis no podía dejar de sentirse culpable. Después de la forma en que fue tratado hace ya tantos años, ¿cómo él podría no hacerlo?

―Iré a traerles el desayuno a los dos. ―Harry se inclinó y besó los labios de Louis de manera sensual antes de irse desapareciendo ante los ojos de Louis. Bueno, estas cosas paranormales eran extrañas como el infierno. Gracias a Dios que él estaba acostumbrado a eso.

Los ojos de Louis se precipitaron en dirección al cuarto de baño cuando William salió, viéndose increíblemente hermoso. Su polla quería jugar de nuevo, pero reprimió el impulso. Su amante estaría dolorido de la noche anterior.

―Harry está trayéndonos el desayuno ―dijo Louis mientras William se metía en la cama. Louis le ofreció sus brazos y su amante de inmediato entró en ellos.

―Bien, me muero de hambre. ―William abrazó a Louis, haciéndolo sentir como si fuera el rey del mundo.

●●●

William buscó a Shelby tan pronto como llegó al club. Le agradaba el vampiro y quería bailar con él esta noche. Vio al hombre por el bar, pero antes de dar un paso hacia él, Isla lo detuvo.

―Tengo algo para ti, pequeño Príncipe.

William no estaba muy seguro de eso. La última vez que alguien le dijo algo como eso, un collar de cuero negro fue colocado alrededor de su cuello. Miró primero a Isla y entonces le preguntó―: ¿Qué podría ser? ―Si sacaba una tira de cuero, saldría corriendo de allí.

Para su sorpresa y deleite, Isla le tenía una variedad de collares brillantes y de colores. Le sonrió y los aceptó. — Muchas gracias. ―Sonrió mientras miraba a través de los colores.

―Ah, no es nada. Sé que te gustan mucho. ―Isla se sonrojó. «¿Podían los vampiros sonrojarse? Parece que sí». William sintió ganas de abrazar al hombre, pero sabía que a Louis y Harry les daría un ataque si lo hiciera. Así que se conformó con un apretón de manos.

LA AMENAZA DE HARRY| Larry Stylinson| AdaptadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora