Desde los 11 años esa a sido mi solución a los problemas. Era mi manera de desahogarme conmigo misma. Prometí no hacerlo, y desde entonces, no he hecho. Ya no me daban ganas de lastimarme, y dañar a mi cuerpo. Pero eso era cuando tenia 11, ahora soy un persona que decide por si misma y que todos los daños que haga serán sólo para mi. Pero el tiempo me ha hecho demasiado frágil, y aveces, buscamos cosas que ni están a nuestro alcance.
Me decido por mi misma, hace años que no lo hago y he perdido experiencia, pero la ultima ves que lo hice, lo hice con una navaja de un sacapuntas. Asi, que me decido encontrar uno para acabar con el dolor. Me dirijo hacia la habitación, donde seguramente encontraré uno.
Y lo encontré.
Lo tomé entre mis manos, estaba temblando, me daba miedo hacerlo de nuevo, prronedtsba decidida, así que quité en tornillo que sostenía na navaja. Lo quite con mucho cuidado y a cada vuelta me ponía mas nerviosa. Una ves sacado el tornillo, tome la navaja y la apoye en mi muñeca izquierda y con precion fui moviendo el filo de derecha a izquierda. Pronto la sangre comenzó a brotar ...
MIERDA, tocaron la puerta.
No podía salir así, con la muñeca ensangrentada. El timbre dono de nuevo, y me empeze a desesperar, así que me limpie con una toalla y me coloque un sueter, me asegure que cubra el brazo completo.
Me diriji a la puerta para abrir, y después me dio un dolor me fuerte en el brazo, tanto que no puede oír la voz de la persona que estaba en la puerta.
-señorita ¿esta bien?- escuche una voz muy dulce y tranquilizadora que me invadió mi mente por completo.