Con toda la tranquilidad del mundo y sabiendo que no lo volveré a ver, me acerco al altar y me coloco junto al cajón de color café que contiene el cuerpo en descomposición de mi padre, y se que no volveré a sentir su calor ni volveré a oír sus palabras de aliento y apoyo.
Mi padre fue un hombre que muchos admiraban pero que con pocos se llevaba, nunca fue muy sociable ni muy amistoso, pero tenia cosas buenas. Pero de nada sirvió eso, ya que estamos aquí todos vestidos de negro, rezando por que su alma llegue al cielo. Al final me acerco y le dedicó unas palabras.
-hola- comienzo sin saber que decir- pues aquí me tienes como siempre quisiste. Solamente en pensar que alguien conocido te mato, me da escalofríos. Así q te juro q voy a encontrar quien hizo esto y me vengare en tu nombre- y sin darme cuenta una lágrima corrió por me mejilla e inmediatamente me la limpie. No quería que me vieran llorar,me veían débil y como la niña abandonada, pero no lo hice.
Después del funeral, me fui directamente a mi casa y allí me acosté a dormir, pensando en las cosas que me pasaron en todo en día y comense a pensar en mi plan de venganza, no tenia ni idea de donde comenzar.