El orgullo es un defecto mio que nadie me puede quitar y que muchos han querido quitarme ese defecto. Pero en algunas ocasiones, me puede servir de mucho.
Kendall se encontraba peligrosamente cerca de mis labios, podía sentir su respiración, mezclada con la mia.
De pronto, sus labios se toparon con los míos, delicadamente, como di fueran de seda, suaves y tersos.
Me adentré demasiado a mis pensamientos, que ni me di cuenta que mis brazos, ya no los controlaba, y estaban colocados alrededor de su cuello, y sus manos colocados en mis caderas suavemente. En mi mente solo tenia en cuenta, la suavidad de sus labios y la delicadeza con la que me besaba. Pero pronto me vinieron a la mente unas preguntas... ¿por que lo hace? Y lo mas importante, ¿por que lo estoy dejando?
De pronto reaccioné y me despegue de su boca. Sólo me miraba con impresión y sorpresa.
-¿que sucede?- preguntó asombrado.
No respondí y solo me hice para atrás.
No se lo que sentía por este hombre, al principio solo lo veía como una persona normal, que entro a mi vida por negocios. Pero después de que se enterara de mi secreto y me compartiera, su experiencia, sentí que podía volver a confiar en alguien.
-¿_______?-
-¿si?-
-gracias- dice sin mas.
- ¿por que?- preguntó son saber de que habla
- por entrar en mi vida- susurra- nunca había conocido a alguien que pasará lo mismo que yo superé. Y te quiero ayudar- Ahora lo entiendo.
Me besó, por que siente lástima. De mi y de si mismo. Me quiere ayudar, por que no quiere que yo sufra. Es como para redimirse. Me separe de el rápidamente y me fui a una esquina, no podía verle la cara, no ahora ⓠⓤⓔ me había besado.
-deberías irte- dije secamente, dándole la espalda.
El solo bajo la cabeza y maldijo en voz baja casi inaudible, y se fue cerrando de un portazo.