Abrí los ojos al sentir como mi alrededor se movía, al enfocar la vista me percaté de que me encontraba en un auto que estaba siendo manejado por Cero, lo cual me confundía bastante debido a que lo último que recordaba era como le disparaban tras la puerta.
—¿Qué fue paso? —pregunté sin entender la situación.
—Nada importante. —contestó dejándome desconcertada, aquella respuesta no era lo que esperaba. Pero por otro lado me, encontraba feliz de ver como no le había pasado nada.
—¿Dónde estamos? —solté aquella pregunta luego de observar el paisaje a través de la ventana, el cual estaba compuesto de casas altas y pegadas, también había un canal de agua bastante cristalina.
—En Amsterdam, Kozel está aquí. —contestó mirándome. —Te necesito para terminar con él esta noche. —yo lo mire bastante impresionada, pero en ese momento algo llego a mi mente.
—¿Si muere te iras? —pregunté sintiendo como el estacionaba el coche.
—Por supuesto, mi misión habrá terminado. —abrí los ojos de par en par al escucharlo, nunca me había contestado tan rápido.
—Ya veo. —solté queriendo romper en llanto, realmente me dolió haber oído esa respuesta de su parte.
No sabía la razón del porque me sentía tan mal, sabía que en cualquier otro momento sus palabras no me habrían sorprendido, después de todo tenía razón, si Yure moría no habría razón para que me siguiera protegiendo. Pero, aun así, yo quería que siguiera siendo mi guardián, que estuviera ahí siempre que lo necesitara, justo a mi lado.
—¿Sucede algo? —preguntó él sacando de mis pensamientos, a lo que negué.
—¿Cómo te ayudare a matar a Yure? —
—Esta noche se realizará una fiesta en un club nocturno, Kozel estará allí por supuesto. Te vestirás como camarera y lo atraerás al callejón que queda detrás del local, luego yo me encargare de lo demás. —explicó apagando el auto.
—De acuerdo. — afirmé saliendo del vehículo para seguirlo hasta un hotel, en el que Cero pidió una habitación para ambos, lo cual era algo normal en cada sitio en el que nos alojábamos.
Tan pronto llegamos a la habitación me di cuenta de que esa sería la última vez que íbamos a estar juntos en un hotel, lo cual provoco que mis ganas de llorar aumentasen. Por lo tanto, tan pronto llegamos a nuestro cuarto entre en el baño y me encerré allí para romper a llorar.
—Oye Holly. ¿Estas segura de que no ocurre algo? —preguntó Cero luego de un par de minutos tratando de entrar.
—No es nada muy malo, solo me duele el estómago. —me excuse rápidamente.
—En ese caso pasare por la farmacia también. —dijo que un susurró que logre escuchar gracias a mi buena audición. —Saldré un momento a comprar algunas cosas para esta noche. ¿Necesitas que te traiga algo? —
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Un complicado amor entre asesinos.
RomanceEn un principio no parecía que tuvieran algo en común, pero con el tiempo, se dieron cuenta que todas las vidas que alguna vez habían arrebatado los unía.