Capítulo 19

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Caminaba de un lado a otro esperando las respuestas del médico que habían traído, la situación era de riesgo y todo se podría ir por la borda.

- Relájate

- ¿Relajarme? ¡Le has dado un puto disparo en el pecho!

- Me ordenaste deshacerme del tal Iida cuando apareciera - recordó - jamás especificaste bajo que términos

Corrió en dirección a la chica y la levantó por el cuello, no parecía sentirse amenazada por él, pero debía entender que si Ochako perdía su vida y arruinaba su plan ella sería la próxima en morir y ser comida para gusanos.

- Si algo le llega a suceder despídete de tu puta vida y de tu mierda de chico - le dijo contra su cara - que él viva dependerá de que tu maldita bala no haya asesinado a mi princesa

- ¡Ya entendí! ¡Bájame!

La dejó caer sin delicadeza alguna. El padre de Ochako observaba todo sin intervenir, él ya había cumplido con su parte, así que lo demás no era su asunto, bastaba con que le dieran su pago para marcharse, incluso les llevó un médico discreto, así que cobraría mucho más de lo acordado. Sin olvidar que también se llevó el cuerpo del otro muchacho, morir por un capricho amoroso le parecía algo de lo más patético, pero no era su trabajo juzgar a sus jefes.

- Viejo - llamó Shindō - vigila a la mocosa, iré a ver a Ochako

- Como digas

- Y tú - señaló a la chica - más te vale que te comportes

Kyoka se levantó y tomó asiento en un rincón de ese cuarto, ella no tenía planeado disparar a Uraraka, pero tener a la fuente de su dolor frente a sus ojos despertó todo el odio que sentía por estar perdiendo al hombre que amaba. Si la muchacha sobrevivía se iría lejos y Katsuki no tendría más opción que olvidarse de ella, de igual forma si moría, y eso conllevaría a que no hubiera posibilidades que Uraraka regresara, pero también perdería moriría en el proceso, por lo cual, no tendría mucho sentido asesinar a la chica. Jirō tenía una misión, disparar a Iida cuanto estuviera ahí, no calculó que este usaría a Ochako de escudo, y mucho menos que sus celos la llevarían a disparar sin medir consecuencias, por suerte en un último momento desvió la bala para que perforara un área no muy peligrosa del pecho, la segunda se aseguró que fuera a dar directamente en la cabeza de Tenya. El trato fue cumplido a la perfección, tan solo le quedaba volver con Katsuki y aliviar su corazón cuando sufriera al pensar que su supuesta perfecta novia lo había abandonado, era lo único que le interesaba de este plan, por ello no había pedido enterase del resto, no le era de importancia.

Dentro del cuarto donde anteriormente estuvo el médico trabajando, yacía el cuerpo frio de una muchacha, su piel era pálida y sus mejillas ya no poseían ese brillante tono rosa. Una vida no muy larga se marchitaba, o eso pensó Shindō hasta que vio como comenzaba abrir sus ojos, habían pasado horas desde los descuidados disparos de Kyoka, y realmente creyó que Ochako no lograría sobrevivir, pero ahí estaba, lentamente despertando de su letargo, intentando mover su adolorido cuerpo, temblando ante el ahora presente dolor en el pecho, después de todo fue una cirugía hecha por un médico de no muy buena fama en un cuarto disponible dentro de un galpón en algún aeropuerto privado del país. Le daría mejor atención una vez llegaran a su destino, por ahora, debían intentar escapar mientras tuvieran tiempo, antes de que el hermano de Tenya descubriera que este no aparece y lo encuentren muerto. Se preguntaba cómo fue tan ingenuo de venir solo hasta el lugar, su cerebro no era tan brillante como aparentaba, era un simple chiquillo adinerado.

- Princesa... - observó que la respiración de Ochako era mucho más estable - resiste un poco más, pronto nos iremos y me aseguraré de que no sientas este dolor nuevamente

Mr. Delincuente - Bakugō x UrarakaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora