Lo que viene a ser una amenaza

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-¿Entonces existen zapatos con tiras que pegan para los niños que no sepan atarse los zapatos?- La mirada del Señor Weasley era cada vez más atónita.

-Por favor...para eso ya existen los hechizos a los cordones- George, el gemelo de Fred se sentó junto a nosotros con su taza de café.

-Es apasionante George- Arthur no apartaba su mirada de mí.

-Señor Weasley, ¿puedo hacerle unas preguntas?- Estiré mi espalda con un lento movimiento de hombros.

-¡Llámame Arthur por favor!, dime.

-¿Usted conoce a Lucius Malfoy, verdad?

-Más de lo que me gustaría-Resopló.

-Fred me dijo que quizá ustedes podrían ayudarme a conseguir información sobre...bueno, mi "familia"- Marqué con mis dedos las comillas lo máximo que pude.

-Sí, supongo que sí, ¡Molly!- La Señora Weasley bajo los últimos peldaños de las escaleras y se acercó a nosotros.

-¿Qué ocurre?

-Taylor necesita información sobre los Malfoy, he pensado que tu memoria nos serviría de ayuda en este caso- Arthur sonrió muy tiernamente, esa sonrisa era idéntica a la de todos sus hijos, incluído Fred por supuesto.

-Oh claro cielo- Molly acarició mi mejilla y se sentó entre Arthur y yo, presidiendo la mesa.

-Me gustaría saber más sobre esa estúpida tradición de que no puede haber mujeres en la familia Malfoy.

-Bueno, eso se remonta a siglos atrás -Arthur sonrió de medio lado escuchando a su mujer -Verás los Malfoy y los Weasley siempre se han llevado mal, casas diferentes, ideas diferentes y vidas muy diferentes. Cygnus Malfoy fue compañero y amigo de nuestro antepasado Archibald Weasley. Dicen que ahí, de alguna forma, empezó la rivalidad. Los Weasley siempre han tenido varones como descendencia durante generaciones, hasta la llegada de Ginny, claro- Una sonrisa de admiración se mostró en su rostro momentáneamente- La cuestión es que por el contrario, los Malfoy solo eran capaces de tener mujeres, no hubo un solo hombre en 6 generaciones seguidas. Cassiopeia Malfoy la tataratataratataratataratataranieta de Cygnus tuvo el primer niño en décadas, Cerberus, mellizo de Melyssa Malfoy. Melyssa mantenía una relación con Bernaby Weasley, otro de nuestros antepasados y Cerberus al enterarse intentó matarle alzando así el hacha de guerra entre familias.- Interrumpí sus palabras extrañada.

-¿Y por eso las mujeres no podemos pertenecer a esa familia?

-Escucha -Molly golpeó levemente mi brazo llamando mi atención -Cerberus intentó matar a Bernaby pero Melyssa se interpuso entre ambos matando sin intención a su hermano. Fue en ese momento, cuando la familia Malfoy acordó asesinar a toda mujer nacida en esa familia. Por otro lado, nunca se supo nada más de Melyssa, Bernaby la buscó hasta el fin del mundo y falleció ya de anciano en otra de sus búsquedas continuas.

-No me lo puedo creer- Susurré ocultando mi rostro entre mis manos.

-Están enfermos- George dio un trago de café que ya debía estar frío.

-Cada familia es un mundo George- Arthur asintió a sus propias palabras mirando única y exclusivamente a la mesa.

Las horas seguían pasando y en mi cabeza solo se oía en auténtico eco todas y cada una de las palabras que Molly había dicho. Todos esos nombres cobraban vida usurpando cuerpos imaginados por mi propia mente para torturarme psicológicamente. Básicamente todo había sido una especie de thriller amoroso, un romeo y julieta moderno digamos....bueno o no, ni siquiera sabía en qué época había pasado todo esto.

-Tay...¿quieres venir a dar una vuelta?- La pregunta de Fred me sacó de mi ensimismamiento.

-Claro, vamos- Forcé una sonrisa. Me jodía tener que fingirle una sonrisa a Fred pero no podía sacarme de la cabeza la mierda de antepasados que tengo.

Fred tomó mi mano con delicadeza y juntos nos alejamos de la madriguera. No era difícil estar solos. Lo único que nos rodeaba era la pradera, la inmensa pradera.

-Ha sido demasiada información, ¿verdad?

-No sabes cuanta...-Susurré sentándome en el suelo mientras jugaba a arrancar pequeñas hierbas.

Las manos de Fred tomaron mis mejillas con cuidado y sus labios se posaron sobre los míos con la mayor delicadeza jamás experimentada. Quería a Fred. Pero no de la forma en la que quería a Alec o a Pansy. El amor que sentía por él era completamente diferente, nunca había sentido algo así.

-Te quiero- Susurré.

-¿Qué?

-Que te quiero.

-No sabes lo feliz que me haces Taylor- Fred sonrió sobre mis labios justo antes de besarme.

-Eh, pareja, parad.

Fred y yo miramos hacia los lados hasta encontrarnos con la mirada de uno de los rubios oxigenados más odiados por mí y por los miembros de la casa.

-¿Qué haces aquí?- Me levanté de golpe clavando mi mirada sobre la suya.

-¡Taylor escucha!, es importante- La voz de Astoria eclipsó mi atención por completo.

-Nuestro padre va a venir esta tarde, le dijo a mamá que tenía que hacer una visita a los Weasley y que sean ellos los que decidan qué hacer.

-¿Es una amenaza?- Fred gruñó acercándose a Draco.

-Sí, mayormente es una amenaza.

La princesa de SlytherinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora