Genial, fantástico, GRANDIOSO...

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Al parecer había sido la primera en despertar de ese horrible trance. Notaba mi respiración agitada. Dumbledore miró al alumnado, me miró a mi y con su grave voz habló.

-Ya tenemos ganadora, de la primera prueba del torneo- Dumbledore parecía satisfecho con las palabras que había pronunciado.

Todo el comedor enmudeció, nadie sabía que decir, ni que hacer. Todos habían visto el sueño que pocos minutos antes había tenido.

-Taylor, creo que debes ir a descansar-Propuso McGonagall pasando un brazo por encima de mis hombros.

-Claro-Asentí aún afligida por el sueño

-Nosotros la llevaremos a la sala común- Pansy se metió en la conversación junto a Alec.

La chica me agarró del brazo y casi corriendo me sacó del gran comedor. Sin pronunciar palabra, fuimos a la sala común, y ahí, hablamos.

-¿¡Te das cuenta de que ahora todos lo saben!?-Preguntó Alec

-¿¡Acaso es mi culpa soñar!?-Grité frunciendo el ceño

-Claro que no, pero, Taylor escúchame, ¿sabes que ahora querrán matarte no?-Inquirió el chico 

-Sí, lo sé-Asentí

Un suspiro se escuchó salir de los labios de Pansy, que, de brazos cruzados, miraba por la ventana hacia el infinito.

-¿Por qué no lo explicaste todo antes?-Preguntó sin mirarme

-¿Crees que me enorgullece ser una Malfoy?, ¿crees que me siento bien, al saber que pertenezco a una familia capaz de abandonar a UN BEBÉ?-Mi mirada era firme, mis palabras severas.

-Irán a por ti Taylor, debes estar más que preparada-Suspiró Alec

-Hogwarts es seguro, aquí estará bien-Contestó Pansy

-Da igual, no podemos arriesgarnos a que el Señor Malfoy o el Señor Tenebroso la mate-Alec se levantó la manga de la camisa del uniforme dejando ver su marca tenebrosa, la miró con el ceño fruncido y enseguida la tapó.

-Me da igual que me maten, tampoco hago mucho aquí-Me encogí de hombros

-¿¡Eres gilipollas!?-Gritó Pansy

Yo solo la miré de reojo mordiendo mi labio levemente.

-¿Y no crees que deberías hablar con tu amiguito Fred Weasley?, quizá ahora que sabe quien eres no quiera ser tan amigo tuyo- Bufó Alec

-El ya sabe que soy una Malfoy, y no le ha importado, los Weasley no son tan malos como los podemos pintar a veces-Resoplé

-Lo que faltaba, ¡eres una Slytherin, Taylor!, ¡y no solo eso, también eres una Malfoy!, ¡no puedes defender a un Weasley, no puedes hablar con un Weasley si no es para insultarle, no puedes verte con ellos si no es para pelear, y mucho menos, no puedes enamorarte de un Weasley!-Pansy iba dando pasos hasta quedarse frente a mi.

-Pero yo soy Taylor y yo voy a hacer lo que quiera, me da igual ser una -hice una mueca y escupí la palabra- Malfoy, me da igual ser una Slytherin, me da igual lo que pienses tú o lo que pueda pensar cada alumno de Hogwarts con sus respectivas familias. Me da igual. Yo pienso, hablo y actúo como yo quiero, sin que nadie me diga qué está bien y qué está mal. Yo soy como soy. Yo, ni tú, ni ellos,  ni nadie. Yo-Les dirigí  una última mirada, y a paso ligero salí de la sala común.

Caminé por los pasillos bajo diversas miradas, con distintos mensajes. Unas de compasión, otras miedo, odio, tristeza.  Salí del castillo hacia los jardines, mi sitio favorito, pero en todo sitio favorito hay un determinado lugar donde amas estar, y el mío, era el árbol frente al lago. Caminé hacía allí y me senté en el césped con la espalda apoyada en el tronco, en el viejo tronco en el que tantas parejas habían escrito sus nombres rodeados de corazones. Lo observé detenidamente y visualicé algunas parejas.

"James y Lily", "Sirius y Anne", "Sirius y Sophie", "Sirius y Liz", joder con el puto Sirius...y por último, "Sirius y Marlene" en un gran corazón, parece que esa chica lo dejó loco de amor. Y más abajo, "Fred y Taylor", como no.

Sonreí pasando las yemas de mis dedos por encima de los nombres, suspiré cerrando los ojos dibujando una pequeña sonrisa en mi rostro que me alejó de todos los males que me rodeaban en este momento. Opiniones, sangre, guerras, prejuicios, mentiras, sentimientos, ira, dolor, resentimiento, coraje, orgullo. Todo eso se había ido, se había ido junto con la pequeña ráfaga de viento que movió ligeramente mi pelo hacia la derecha.  

Sentí una voz grave a mis espaldas, salí de mi pequeño trance de suma felicidad y volví a la jodida realidad. En la que no existe la felicidad completa, SIEMPRE habrá algo por lo que estar mal. 

-Mi padre...bueno, nuestro padre irá a por ti junto con el Señor Tenebroso-La voz de Draco hizo que los pelos de mi brazo se pusieran de punta como cuando te tiran un cubo de agua helada.

-Lo dijiste bien, TÚ padre, no el mío-Contesté con una mueca de asco

-Como sea-Bufó 

Me levanté molesta.

-¿Crees que me importa?, ¿crees que merece la pena vivir así?-Fruncí el ceño empujándole muy levemente

-¿He dicho yo que valga la pena?-Replicó

-Vete a la mierda Draco-Resoplé pasando luego mi lengua por mis labios para humedecerlos 

-No gracias, no me interesa ir al sitio en el que te criaste, pedazo de mierdas-Rió cínicamente con una falsa sonrisa.

Me controlé para no tirarme sobre el. Quería seguir en Hogwarts, y no podía permitir que me expulsasen, además, tenía algo claro. Ahora irían a por mí siempre. No tenía miedo, no me sentía mal. Lo único que sentía, era confianza. Aquí habría una guerra, tal vez mañana, tal vez dentro de 4 años o dentro de 20, pero algo explotaría en el mundo mágico, y yo, pienso luchar. 

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Matarme. Tirarme al suelo, pisarme y escupirme JAJAJAJAJA, siento haber tardado TAAAAANTO en subir D: 


La princesa de SlytherinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora