La princesa de Slytherin

Draco y...conociendo a Fred

Tras la charla con Dumbledore, tanto Draco como yo salimos de su despacho murmurando insultos el uno hacia el otro.

Comencé a caminar a paso ligero hacia la biblioteca, allí podríamos hablar de nuestras familias o nuestras vidas en mi caso.

Nos sentamos en una de las mesas más aisladas, por dios todo estaba vacio...normal...había más polvo que en el ataúd de un cementerio.

-Bueno...para empezar...¿como era tu nombre?-pregunté con una sonrisa burlona.

-Draco...soy Draco...-Refunfuñó molesto.

-Bien...Yo soy Taylor, tengo 14 años pero el 5 de Junio cumpliré los 15..-Iba a seguir pero Draco quiso interrumpirme.

-¿Has dicho el 5 de Junio?, ¡yo también nací el 5 de Junio!-Por primera vez parecía sonreír...vaya...los cretinos sonríen...

-Wow...coincidencia...bueno, cuando era pequeña tenía los ojos casi blancos y hasta los 6 o 7 años se me volvieron grises...- Draco parecía estar anonadado con los detalles que le contaba -mmm...mi color favorito es el negro, tengo alergia a las fresas, mi fruta favorita es la manzana, y...tengo una marca de nacimiento en forma de M en el hombro izquierdo- Suspiré describiéndome un poco, mientras Draco seguía alucinado con las cosas que salían por mi boca.

-¿Una "M"?, ¿Có-cómo está? -preguntó quitándose el jersey, desabrochándose los dos o tres primeros de la camisa y enseñando su hombro.

-Si..exacto, como esa, pero ya te la enseñaré, no me apetece despelotarme en mitad de una biblioteca-Susurré vigilando.

-Pero..escucha, yo soy alérgico a las fresas, nacimos el mismo día, a mi me pasó lo mismo en los ojos, tenemos la misma marca en el hombro izquierdo...y...esa marca, todos los Malfoy tenemos esa marca, y tú no puedes ser una Malfoy...-Resopló con asco.

-¿Una qué has dicho?, ¿¡eres un Malfoy!?..¡LOS MALFOY SOIS TODOS UNOS ASQUEROSOS CERDOS, CAPACES DE ABANDONAR A UN BEBÉ A MERCED DE LAS FIERAS DEL MUNDO NO MÁGICO!-Grité dándole una bofetada en toda la cara.

-¡ESTÁS LOCA!, ¿DÉ QUE ESTÁS HABLANDO?-Preguntó Draco tocándose la mejilla que estaba extremadamente roja.

Salí de la biblioteca a paso rápido, me metí por unos pasadizos por los que creía que no había nadie pero cuando miré hacia atrás alguien chocó contra mi, haciéndome caer al suelo.

-Oh, lo siento, ¿estás bien?-preguntó un chico pelirrojo...le había visto antes...pero...era...diferente al resto.

-¿Yo?, esto...si...claro...-Sonreí tontamente dejándome ayudar por el pelirrojo.

-Soy Fred, Fred Weasley-Me tendió la mano correctamente.

-Yo Taylor...pero...será mejor que no conozcas mi apellido-Reí levemente apretando su mano sin dudarlo un solo segundo.

-¿De dónde venías?, este pasillo es para los de último año-Dijo arqueando las cejas con una sonrisa.

-Que yo sepa, tú aún no estás en tu último año...así que, tú no dices nada si yo no digo nada, ¿te parece? -pregunté con una sonrisa más burlona que la de Fred.

-Uuuuuh, una chica misteriosa, ¿eh?-Me miró interrogante.

-Puede...¿quieres conocer mi historia?...-Sonreí mirándole de reojo.

-¡Si!, ¡vamos cuenta!, ya me irás conociendo...soy...algo cotilla-Soltó una leve carcajada.

-Bien...pues...cuando seas tan viejo como Dumbledore, te diré la historia-Le dejé ahí, parado, con una sonrisa indescriptible.

-Para cuando sea como Dumbledore estarás casada conmigo-Gritó, pues yo me había alejado bastante.

-¿Apostamos?-pregunté desde lejos, pero no pudo contestar, pues ya había dado la vuelta a la esquina.

Nunca me había sentido así...mil mariposas revoloteaban en mi estómago, me sudaban las manos y sentía que el corazón se me aceleraba.

Fue entonces, cuando yendo hacia los jardines vi a un hombre...me sonaba su aspecto, pelo largo, rubio prácticamente blanco, con un bastón...

Pasé por delante de el, nos miramos a los ojos y entonces, lo supe.