Una Slytherin más.

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Sentía mis mejillas más sonrosadas de lo normal, seguí a McGonagall, nos adentramos en un inmenso castillo, no sabía porque pero le sonaba demasiado ese lugar,

-¿Dónde estamos señora?-pregunté cansada.

-En Hogwarts, escuela de magia y hechicería-Respondió con un tono firme. -Pff..vaya mierda-Susurró Taylor intentando seguir su paso.

-Modere su lenguaje Señorita Mal...-Carraspeé desafiante -Señorita Taylor-.   Entramos en una gran sala había cientos de alumnos, llevaban uniformes distintos, y había 4 mesas en vertical y una al fondo en horizontal, seguramente sería la mesa de profesores, donde había gente más vieja o adulta. McGonagall me arrastró hacia el centro de la sala, todos me miraban y eso me incomodaba bastante.

-Alumnos, es la Señorita...Taylor, tiene 14 años, quiero que, esté en la casa que esté, socialicéis con ella, ¿de acuerdo?-Preguntó la señora.
-¡No hace falta que me busque amistades puedo valerme por mi misma! -Resoplé indignada. Me senté en un taburete de madera por obligación, Minerva me puso un gorro de brujo, de esos que solo salen en las películas de ficción. Este comenzó a hablar lo que hizo que me sobresaltara.

 -¡Oh vaya, vaya!, ¿qué tenemos aquí?-Preguntó el sombrero gritando. -¡Su puta madre!, ¡¿qué coño es esto?!, ¡los sombreros no hablan!-Grité asustada, (como dije antes su voz me sobresaltó)
-Y una chica muy mal hablada...tienes una mente prodigiosa, por inteligencia podrías ser una gran Revenclaw, tan valiente como una Gryffindor..pero...no se..-Parecía concentrado, yo estaba más que agobiada. -No sé, a mi me la suda-Me encogí de hombros.

-Si...soberbia, arrogante,borde,elegante,inteligente,fuerte y demasiado impaciente...¡Slytherin!-Gritó y toda una mesa comenzaron a aplaudir y a gritar de emoción.
-Joder...están ellos más emocionados que yo-Susurré para mi misma mirándoles.  

Me senté en una mesa en una esquina justo de espaldas a otra mesa dónde abundaban las cabezas pelirrojas. Sentí una voz a mi lado y giré mi rostro sin comprensión. -Hola, soy Alec-Dijo con un tono alegre.

-Hola, yo Taylor-Tendió su mano para que se la apretara y con un poco de desconfianza lo hice. -¿Tienes 14 no?, yo también, este año tenemos las clases más aburridas, ¿se te da bien estudiar?- Eran muchas preguntas, ¿se puede considerar acoso?
-Esto...que ilusión..-Susurré irónica respecto a las materias. -La verdad es que nunca he estudiado-Me encogí de hombros, yo sabía lo básico que podía aprender una persona en 14 años de vida, nada más.   Tras una larga conversación finalizó la cena y le seguí hasta un enorme cuadro.

-¡Amicitea Caeca!-Gritó el chico y enseguida el cuadro se abrió, dejando ver una sala oscura, abundaba el verde oliva, lo cual me encantaba.
-¿Y esto es...?-pregunté desconcertada.
-Es la sala común, por cierto, tendrás que aprenderte la contraseña, y por nada del mundo debes decírsela a nadie, ¿de acuerdo?-Preguntó entrando en el cuarto parándose en dos escaleras. -¿Y ahora qué?-pregunté carraspeando. -Ahora, tu cuarto es el de arriba del todo, compartes habitación con Pansy Parkinson...suerte-Susurró.

-Vaya...cuantos ánimos...-Subí las escaleras a paso ligero y cuando llegué a la habitación entré sin si quiera llamar a la puerta.
-¡Ey!, la primera norma es que SIEMPRE se debe llamar antes de entrar-Gritó una chica de aspecto peculiar.
-¿Y quién ha puesto esa norma?, ¿tú?-pregunté de brazos cruzados.   La chica mostró una sonrisa maliciosa.
-Bien...has pasado la prueba, tienes el mismo carácter que una verdadera Slytherin...soy Pansy, un placer-Me tendió su mano y con la misma desconfianza que le tenía a Alec se la demostré a ella pero mi mano nunca temblaba.
-Encantada de conocerte-Murmuré manteniendo mi mirada fija.

La princesa de SlytherinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora