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Frente a ella estaban Quin y Etonn, dos pilotos de la resistencia, desde hace varios días Rey notaba que intercambiaban miradas tímidas, Etonn siempre le guardaba un lugar junto a él en el comedor y la esperaba todas las noches en la puerta de la base militar. Rey se sentía un poco avergonzada por espiar, pero la interacción de estos dos le llenaba de curiosidad. Hoy era una de esas noches donde la pareja se reunía y Rey observaba desde el bosque. Quin se acercó a el muchacho, lo tomó del cuello y lo atrajo en un beso hambriento, él la tomó de la cintura y comenzó a frotar su cuerpo con el de ella, después comenzó a besarle el cuello y la chica cerró los ojos y sonrió. Era un acto privado, Rey lo sabía bien pero no podía despegar sus ojos de la pareja. Etonn se detuvo y tomó a su amada de las mejillas, la observó con ternura y le dijo palabras dulces que hicieron a la chica abrazarlo y declararle su amor.

Rey llena de envidia, se adentró en el bosque y se sentó recargada en un árbol frondoso, aún estaba sonrojada por la escena que presencio, divagando entre sus pensamientos se preguntó que se sentiría besar a alguien, que se sentiría dejar que alguien la tocara así, ¿también le susurrarían palabras dulces? Sin pensarlo mucho comenzó a tocarse despacio, no era la primera vez, pero ahora tenía a alguien en mente, pensó en los besos y las caricias, en grandes manos apretando su cuerpo, labios gruesos succionando hasta dejar marca y ella lo tomaría del cabello invitándolo a seguir, imaginó la espalda amplia con lunares regados, donde iba a clavar sus uñas mientras gritaba de placer, el pecho desnudo y brazos fuertes que la sostendrían hasta recuperarse del éxtasis, casi podía sentír su presencia y ese magnetismo que la hacía querer más.

Después, agitada y avergonzada del rumbo y las acciones de sus pensamientos, se levantó, tomó una ducha y durmió esperando no soñar con el hombre prohibido de sus fantasías.

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Cuando despertó Rose ya no estaba en el dormitorio y se apresuró, se le había hecho tarde de nuevo. Vistió rápido con su túnica gris sin mangas y media coleta. La fuerza abrió el enlace y Rey no estaba lista para ver a Kylo Ren, no después de haberse tocado pensando en él la noche anterior.

"¿Puedo hacerte una pregunta?" Dijo Ren a su espalda y Rey agradeció no verle la cara.

"¿Qué no me la estás haciendo ya?" contestó indiferente.

Kylo bufó "¿Qué estabas haciendo anoche?" dijo con total seriedad.

MierdaMierdaMierdaMierdaMierda la chica respiró profundo, ya podía sentir el rubor en sus mejillas "Estaba entrenando" contestó restándole importancia.

"¿Mmmm... ¿Qué clase de entrenamiento?" Ren dio un paso hacia ella.

"Es nuevo, no lo conoces" Rey lo encaró, debía aprender a ocultarle sus emociones a Ren.

"Este..." Ren posó su mirada intensa en la de la chica "Entrenamiento ¿es permitido por la Orden Jedi?"

"Ese no es tu asunto" contestó manteniendo su respiración tranquila y sin dejar de verlo a los ojos.

"Cierto" se encogió de hombros, pero Rey no confiaba en que dejaría el asunto, el enlace estaba por cerrarse, podía sentirlo, antes de que pasara Ren se inclinó hacia ella y susurró "Procura guardar silencio durante tus orgasmos, ayer estaba en una junta muy importante y fuste una distracción" el inicio de una sonrisa bailaba en sus labios.

Rey sintió como el rubor subió por todo su cuerpo y abrió los ojos como platos "Yo... no..." balbuceo y Ren se burló de ella.

"¿Qué edad tienes? 19 o algo así" la chica estaba demasiado mortificada para contestar, Kylo bufó de nuevo y agregó "Dile a Leia que te hable de sexo"

Meet Me HalfwayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora